El arqueólogo desarrollo proyecto de largo aliento en Yaxchilán
Fue director del Instituto Nacional de Antropología e Historia
Los trabajos en esa zona prehispánica de Chiapas abarcaron 12 temporadas
Viernes 13 de febrero de 2015, p. 7
A la edad de 71 años, falleció el jueves por la mañana, debido a una neumonía el arqueólogo Roberto García Moll, quien fue director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de 1989 a 1992.
Considerado el gran investigador del mundo maya, el profesor emérito nació en Puebla en 1943.
Fue egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y maestro en ciencias antropológicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1973, a los 30 años de edad, dirigió uno de los trabajos más ambiciosos del INAH: el Proyecto Arqueológico de Yaxchilán, en Chiapas, donde emprendió una investigación de largo aliento en el mundo maya, que abarcó 12 temporadas.
Entre 1972 y 1982 realizó las excavaciones en el ex Convento de San Jerónimo, conocido como Claustro de Sor Juana, mediante el que se tuvo conocimiento del complejo mundo conventual femenino.
Sus estudios también dieron luz sobre sitios prehispánicos como Pomoná, Tabasco; Bonampak y Palenque, Chiapas, así como Tepapayeca, Puebla, entre otros.
En el ojo del huracán
García Moll estuvo en el ojo del huracán tras la polémica desatada cuando se quiso montar el show de luz y sonido Resplandor teotihuacano, en la zona arqueológica de Teotihuacán, en 2009.
Aunque siempre afirmó que en lo personal no me gustan estos espectáculos
, el Consejo de Arqueología, que entonces presidía, firmó el aval del proyecto que finalmente fue cancelado, luego de comprobarse que al instalar el equipo de más de 12 mil luminarias se dañaron las pirámides del Sol y de la Luna.
El arqueólogo fue reconocido por sus colegas por el cuidado que siempre tuvo en la recuperación de objetos de zonas mayas que pudieran restaurarse y ser mostrados al público para dar lectura a lo que acontecía en esas ciudades durante el esplendor de esa cultura.
Fue integrante de varias asociaciones y colegios académicos, entre los que destacan el Sistema Nacional de Investigadores, la Sociedad Mexicana de Antropología, el Colegio Mexicano de Antropólogos y el Colegio de Arqueólogos, así como en el consejo de asesores de la revista Arqueología Mexicana.
También se desempeñó en el Consejo de Conservación de Bienes Muebles, dirigió el Museo Nacional de Antropología (1987-1988) y fue asesor en arqueología del Banco Interamericano de Desarrollo (1983).
Realizó los guiones museográficos de la sección de arqueología para los museos Regional de Puebla y Arqueológico de Tlalacanleca, en ese estado y es autor de más de 200 publicaciones, entre libros, artículos, informes, peritajes, catálogos fotográficos y conferencias, destacando los volúmenes Análisis de los materiales arqueológicos de la cueva del Texcal, Puebla (1977); Índice del Archivo Técnico de la Dirección de Monumentos Prehispánicos (1982); Catálogo de monumentos de Monte Albán (1986); México arqueológico: el lenguaje de las piedras (1988), El mundo mixteco y zapoteco (1992), Chichén Itzá: Patrimonio de la Humanidad (2009), La arquitectura de Yaxchilán (2003), y Palenque 1926-1945 (segunda edición 1991).