Culiacán, Sin.

Andrés Manuel López Obrador señaló que si los mexicanos quieren que la situación del país siga igual que ahora, que haya desempleo, abandono del campo, que los jóvenes no tengan oportunidad de trabajo ni de estudio, y que siga la inseguridad y la violencia, entonces que voten por el PRI y por el PAN; pero si quieren un cambio verdadero, la opción es Morena.

Explicó que para entender la política en Sinaloa y el resto de México es necesario leer novelas policiacas, porque en el país hay una banda de malhechores, una pandilla de rufianes, y ante ello le irá bien a Morena, porque ni el PRI, ni el PAN u otros partidos son oposición en esta entidad.

Afirmó que personajes como el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez (Malova), engañan a los ciudadanos sólo para robar, son gatopardistas; lo cual consiste en que las cosas en apariencia cambian para seguir igual, como ocurrió con Vicente Fox cuando llegó a la Presidencia en 2000.

Puso como ejemplo que López Valdéz se comprometió a emprender un cambio, pero sólo cambió las placas de los vehículos, les quitó el tomate y las puso de color azul.

El ex candidato presidencial afirmó que a los demás partidos los maneja (el ex gobernador Juan S.) Millán, jefe de Malova, y el jefe de Millán es (Carlos) Salinas de Gortari, la mafia de siempre. Con ellos no hay ninguna esperanza de tener un gobierno honrado, eficiente y austero.

A las personas que lo han acusado de proteger al ex alcalde de Iguala José Luis Abarca, López Obrador contestó que quienes hacen esos comentarios son empleados de Salinas y Millán, los achichincles de la mafia del poder.

Ante casi 500 personas reunidas en el primer cuadro de la ciudad de Guasave, reiteró que del presupuesto de 4 billones 600 mil millones de pesos que tiene el gobierno federal para este año, los políticos corruptos se llevan 10 por ciento, es decir, unos 460 mil millones de pesos, y el presidente Enrique Peña es uno de ellos.

Es un robo en despoblado. Han hecho que nos acostumbremos y lo han convertido en algo legal. Se quedan con una buena parte y sólo reparten migajas.