México participará en la Bienal de Venecia en 2015 con la obra Possessing Nature, sobre la complejidad del presente, realizada por los artistas Tania Candiani y Luis Felipe Ortega.

La pieza explora el pasado en una lectura simultánea de la historia y la arquitectura, e invita a una ciudad anfibia, como fue la ciudad de México, que de manera simbólica conversa entre los canales de la urbe italiana.

Dentro de la dinámica de la Bienal de Venecia cada pabellón resguarda su pieza y la empieza a develar poco a poco para elevar el factor sorpresa de la inauguración, afirma Karla Jasso, curadora del proyecto, en entrevista convocada para hablar sobre el pabellón de México en la edición 56 del importante encuentro de arte contemporáneo que se realizará del 9 de mayo al 22 de noviembre de 2015.

No te podemos describir la pieza, agrega Jasso. Acaba de ser cuando ya está montada en el sitio para el que fue pensada, complementa Candiani, también presente en la conversación, junto con Ortega, quien reafirma que es una pieza de sitio específico, entonces hay que esperar a que llegue a su espacio.

Sin embargo, a pesar del sigilo de los realizadores, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) difundió que Possessing Nature consiste en una sola obra firmada por Candiani y Ortega, un trabajo de intensa reflexión sobre el placer, la economía, la soberanía colonial y la memoria social; atañe a los discursos del arte contemporáneo.

La sala de armas del ex complejo militar de El Arsenal, sede del pabellón mexicano desde este año, es clave en el proyecto elegido para el 2015. El espacio será la sede mexicana durante los próximos 20 años en las bienales de arquitectura y de arte moderno, además de otros festivales, como anunció el INBA.

La propuesta traza un trayecto por los lugares que han hospedado al pabellón mexicano en Venecia: el Palazzo Soranzo Van Axel, el Palazzo Rota Ivancich, la iglesia de San Lorenzo y la recién designada sede.

Jasso describe: “Empecé a leer los edificios, el vínculo de la arquitectura con el poder y la relación que había de esa arquitectura y su condición geográfica, y de una ciudad anfibia mexicana. Ahí empezó una lectura arqueológica e histórica simultánea sobre su condición, como cada una (Venecia y México) han tratado su relación con el agua y empecé a reflexionar mucho sobre la soberanía y la economía colonial, y sobre esta frase de Humboldt, que en México el agua siempre ha sido un enemigo”.

Aclara que no quiere decir que el proyecto hable sobre el agua, sino que esa fue la plataforma. Los cuatro ejes en juego son: naturaleza, tecnología, contingencia, equilibrio.

Propuse esta idea a Luis Felipe y Tania conociendo muy bien su trayectoria, a sabiendas de lo que significan sus trabajos en el arte contemporáneo en México y a escala internacional. Son dos puntos muy diferentes, en Tania es la narrativa, la voz, la parte material de sonido. En el caso de Luis Felipe es la tensión y su profunda reflexión sobre el espacio, que creo es un artista único en ese aspecto. Los dos eran muy diferentes y al mismo tiempo potenciaban la idea.

Sin la materialidad de la pieza, en la que ya se trabaja, los tres creadores explicaron la conceptualidad de Possessing Nature. Karla Jasso detalla: Realicé una apuesta fuerte por una generación joven. Nos llegó la invitación el 21 de agosto, nos dieron una carpeta con los lineamientos, el contexto de lo que se sabía en ese momento de la bienal y las líneas de pensamiento de Okwui Enwezor, teórico indispensable para investigadores y académicos.

Enwezor, crítico nigeriano, es el director designado para la Bienal de Venecia en 2015, con la responsabilidad de ser el curador de la exhibición internacional de arte. Sus ideas fueron el punto de partida para los mexicanos, alrededor de la globalización, el poscolonialismo y las implicaciones del concepto de identidad.

Creaciones pensadas a fondo

Comenzó a conceptualizar el significado de la Bienal de Venecia y la presencia de un pabellón mexicano que por primera vez, en cuanto a arte, llega a un lugar que ya está firmado por un periodo fijo, hasta 2024, apunta Jasso. Primero pensé en el pasado, antes de este cambio a un lugar fijo.

La curadora michoacana señala que estamos en un presente de una complejidad atroz, que nos exige como individuos encarnar preguntas igualmente complejas, porque generan respuestas con nueva intensidad, y nuevas preguntas, se va ramificando y eso nos obliga a pensar más a fondo. Ahora el mensaje de la Bienal que plantea Okwui, y que nuestro proyecto lleva a Venecia es una apelación a no quedarnos en la inmediatez, sino a entender el presente desde el pasado.

Por primera vez se eligió al proyecto participante mediante un proceso de selección por un jurado, después de que se convocó a 11 curadores a hacer sus propuestas. La consistencia conceptual, la resolución plástica/técnica y la contundencia estética de la obra propuesta por Candiani y Ortega justificaron la elección. Aunque será necesario esperar hasta mayo para descubrir la incógnita de México entre los canales de Venecia.