Guadalajara, Jal.

Los 650 departamentos de la Villa Panamericana no han recibido mantenimiento y están sin vigilancia desde noviembre pasado, pese al compromiso del gobernador priísta Aristóteles Sandoval Díaz de impedir que se deterioren, pues en ellos se invirtieron mil 30 millones de pesos del erario estatal.

Ese mes la Comisión Federal de Electricidad (CFE) suspendió la energía, lo que ha impedido el bombeo de agua. Los jardines están resecos y con maleza; la fuente de casi 300 metros cuadrados tiene agua estancada y lamosa; la planta de tratamiento no funciona y sólo una vigilante cuida el predio de casi ocho hectáreas junto al bosque de La Primavera, en Zapopan.

En un recorrido por las inmediaciones (el paso a la villa está prohibido y la mayor parte del perímetro está enmallado, pese a que existe una barda perimetral) el lugar se observa abandonado, lleno de hojarasca en jardines y pasillos. Desde hace tres años está deshabitado.

En noviembre el secretario de Gobierno del estado, Roberto López Lara, declaró que las villas no quedarían sin mantenimiento.

No se liquidaron los adeudos de energía eléctrica de octubre, noviembre y diciembre de 2014, por lo que CFE cortó el suministro y dejaron de funcionar irrigadores, bombas de agua, la planta de tratamiento y alumbrado, dijo Víctor Manuel Peña Briseño, abogado de la familia Cornejo, que formó parte de la sociedad creada con el gobierno estatal para la construcción y comercialización del complejo habitacional.

Advirtió que ante el crecimiento de la maleza y la resequedad del pasto existe peligro de un incendio que podría propagarse desde o hacia el bosque La Primavera.

Las villas albergaron a los miles de atletas que participaron en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 y supuestamente serían autofinanciables cuando se vendieran los departamentos. Pero fueron construidas en una zona de alta fragilidad ambiental y de recarga de mantos freáticos.

Eso motivó a vecinos y ambientalistas a promover y obtener en tribunales la suspensión de la habitabilidad, lo que ha impedido la comercialización de los departamentos para restituir la inversión.

El ayuntamiento de Zapopan tampoco ha otorgado la licencia municipal para vender los inmubles, pues la cantidad de departamentos excede el límite permitido por el uso de suelo de la zona.

Para la creación del fideicomiso, hace cuatro años, el Instituto Jalisciense de la Vivienda (Ijalvi) aportó 690 millones de pesos, y el resto, 340 millones, fueron tomados de fondos de ahorro de los burócratas afiliados al Instituto de Pensiones del Estado (Ipejal).

La participación de los Cornejo, por conducto de Grupo Corey y la Inmobiliaria Cornejo Barragán, completó el fideicomiso. Terrenos y proyectos arquitectónico, ejecutivo y gerencial de obra de los particulares fueron valuados en 355 millones de pesos al firmarse el convenio.

Además, el costo del mantenimiento de las villas es cercano a un millón de pesos mensuales. Desde que terminaron los Panamericanos, en noviembre de 2011, el fideicomiso gastó al menos 30 millones de pesos hasta que el gobierno estatal decidió no aportar más.

En agosto de 2014 el gobierno ordenó la disolución del fideicomiso y congeló los fondos, lo que hizo crisis en noviembre, cuando los particulares se negaron a seguir pagando el mantenimiento y la administración del lugar.

Los abogados reiteraron que la intención de sus representados es recuperar su inversión y que el gobierno jalisciense decida el destino de este patrimonio.

Afirmaron que al promover la nulidad del contrato del fideicomiso el gobierno estatal pone en riesgo la seguridad jurídica de su inversión, pues, si procede su demanda, los Cornejo recuperarán sus tierras, incluidas las villas, y tanto el Ijalvi como el Ipejal quedarán como simples acreedores, sin la garantía de pago ofrecida en el contrato fiduciario.