Tlalnepantla, Méx.

Como una heroína, una guerrera que dejó a sus hijos por salvar la vida de otros, definieron a Mónica Orta Ramírez, enfermera del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, cuyo cuerpo fue recibido en medio de una gran ovación por familiares, vecinos amigos y compañeros de trabajo que se reunieron ayer desde antes del mediodía en el patio de la casa donde pasó su niñez y adolescencia, en la calle Cerrada de Ceylán, colonia Ferrocarrileros de San Rafael, en Tlalnepantla, estado de México.

Apenas la carroza entró a la colonia, poco después de las 14 horas, las campanas de la iglesia comenzaron a repicar. Los presentes formaron una valla desde la puerta de la casa hasta la sala comedor, donde se montó la caja de madera color café.

Mi hija es una heroína. Siempre dedicada a su trabajo, señaló la señora María de Lourdes Ramírez frente al ataúd. Era una mujer noble, de un gran corazón, siempre preocupada por ayudar a los demás. No le gustaban los problemas; los rehuía, resumió su padre, Álvaro Orta.

Recordó que el miércoles pasado, antes de irse a trabajar, Mónica le envió un mensaje preguntándole a qué hora llegaba, y él le respondió de broma que para que quería saber si no lo quería. Cuando llegué ya se había ido.

Su hermana Guadalupe afirmó que está orgullosa de Mónica; era la de enmedio; tenía un excelente corazón y como madre sabía lo que era cuidar un bebé.

La jefa de enfermeras narró que el miércoles por la noche llegó al hospital un bebé grave, de dos meses, que estaba entubado, al que Mónica había cuidado, cuando se dio la orden de evacuar por el olor a gas. Ella decidió quedarse con él porque no se le podía mover: tenía oxígeno. Luego vino la explosión. La encontraron junto al cunero. No da su nombre porque ella (Mónica) fue una heroína, dio su vida por sus pacientes.

Por las noticias de la televisión la familia se enteró de la explosión en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, adonde apenas hace tres años entró a trabajar Mónica en el turno nocturno, de las 20 a las 8 horas los lunes, miércoles y viernes.

Comentó que pasaron muchas horas antes de ubicar el hospital al que había sido trasladada. Estaba en calidad de desconocida en el de Balbuena; cuando fui la tenían en un pasillo, luego, cuando la identifiqué, la movieron y la pasaron al Instituto Nacional de Rehabilitación. Estaba mucho mejor, la atendieron bien y siempre me hablaron con la verdad. Me dijeron que estaba grave, explicó el señor Orta.

Sin embargo, lamentó el tiempo que tardaron en entregarle el cuerpo de su hija: De las 22 horas de ayer, cuando falleció, a las 11, 12 de hoy, estimó.

Sobre los gastos funerarios que ofrece el Gobierno del Distrito Federal, el padre de Mónica dijo que los rechazó, porque no me gustó la forma, y parece que les dolió que no haya recibido su ayuda, porque me tardaron más.

Compromiso de Eruviel Ávila

En Ixtapan de la Sal, el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila Villegas, anunció que la familia de Mónica Orta Ramírez será apoyada por su administración, pues se trata de una heroína mexiquense y “mujer destacada.

“Quiero decirles que el gobierno del estado va a apoyar a la familia de Mónica, nuestra heroína, y va a liquidar la casa que estaba pagando en la colonia Ferrocarrilera. Además, me comprometí con su padre, Álvaro Orta, que no los dejaremos solos.

Vamos a becar a sus tres hijos: uno de ocho, otro de siete y el último de un año, para que tengan su educación asegurada. Los vamos a becar hasta que tengan su título profesional, se comprometió el mandatario.