El joven que observa y padece la violencia en el hogar, probablemente la reproduzca en sus círculos sociales y en sus manifestaciones culturales, apuntaron especialistas universitarios.

Durante el Seminario Internacional La producción y reproducción de la violencia en las escuelas, que se realizó en la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los especialistas señalaron que el acoso escolar no es el único tipo de agresión que se da en los colegios, pues también hay exclusión y violencia de profesores y directivos contra los estudiantes.

Lamentaron que muchos niños y adolescentes consideren la violencia como algo normal e incluso nieguen que exista.

El investigador en temas de juventud de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa Alfredo Nateras señaló que seis de cada 10 jóvenes y niños en el país han sido testigos de violencia en la casa, y cuatro de cada 10 la padecen.

Señaló que la violencia familiar se reproduce en la escuela, pues quienes la ven o la sufren la extienden a los ámbitos escolar y social. La violencia –dijo– se aprende, se interioriza y, por tanto, los niños la ven como algo normal, pese a su gravedad.

Nateras indicó que la mayoría de las familias tienen un modelo antidemocrático, en el cual los padres por el hecho de haber dado la vida a los hijos se ven como sus dueños, incluso de sus cuerpos, lo que en ocasiones conlleva violencia hacia los menores.

Del mismo modo, el diseño de la escuela es antidemocrático porque tiene que ver principalmente con el control de los alumnos. De ahí que en no pocas ocasiones profesores, directivos y administrativos ejerzan violencia simbólica contra los estudiantes, como sacarlos del salón, humillarlos frente a los compañeros o mandar llamar a los padres.

Nelia Tello Peón, investigadora de la ENTS, quien desde hace varios años ha trabajado casos de violencia escolar, indicó que 5 por ciento de los estudiantes de las secundarias oficiales mexicanas (90 por ciento de los adolescentes que cursan ese nivel acuden a escuelas públicas) viven absoluto rechazo y exclusión tanto en la escuela como en sus hogares, lo que genera violencia y deserción.

Comentó que esta exclusión se da por tres razones: económica: les dicen que no se baña, huele feo o está sucio; de aprendizaje: no te quiero junto a mí porque no entiendes, y por problemas para relacionarse.

Aseveró que la violencia en el ámbito escolar se ha incrementado debido a que la sociedad está descompuesta; donde hay exclusión, rechazo y desconfianza es donde se da más la condición para que aparezca la violencia.

La académica dio a conocer los resultados de varios estudios a profundidad que ha realizado con estudiantes de secundaria: casi 60 por ciento de estos jóvenes aseguró que la persona a la que más confianza le tiene es a su madre, sin embargo, si hacen alguna de las cosas que les prohíben en casa no se lo cuentan a la mamá.

El nivel de confianza de estos adolescentes disminuye cuando se trata de profesores, pero lo más preocupante es que los alumnos de este nivel de estudios expresaron que de quien más desconfían es de sus propios amigos del colegio. ¿Cómo está el país si no podemos confiar en quien está a un lado?