En medio de una peligrosa crisis de unidad en la izquierda mexicana –según expresión de líderes del Partido de la Revolución Democrática (PRD)–, los senadores de este partido enfrentaron ayer su propia división.

Un sector, aparentemente minoritario, exige la salida de cuatro de los 22 integrantes de la bancada, quienes renunciaron a su militancia en el PRD: Alejandro Encinas, Mario Delgado, Adán Augusto López y Rabindranath Salazar, los tres últimos ahora son afiliados al Movimiento Regeneración Nacional creado por Andrés Manuel López Obrador.

Afirman que las acciones en su contra provienen de quienes se aferran al sectarismo. Es una visión patrimonialista de la fracción, justamente de la crisis que tiene el PRD, de todo verlo a través de las corrientes, dijo Delgado.

El coordinador de la bancada, Miguel Barbosa, rechazó que el trasfondo de la disputa sea su relevo. Propuso que el tema sea discutido la semana entrante y no en los trabajos de preparación de la agenda legislativa de esta fracción parlamentaria.

Sin embargo, en los corrillos del lugar del cónclave, La Hacienda de los Morales en Polanco, se comentaba que los ex perredistas identificados con Encinas buscan evitar un golpe de Estado a Barbosa. Otros minimizaban la pugna: Los interesados en disminuir la bancada son cuatro, es decir, es un asunto de 18 contra cuatro.

Alejandra Barrales y Angélica de la Peña advirtieron que no sería congruente analizar la agenda legislativa e incluso la línea política del PRD frente a quienes ya no son del partido y, por el contrario, han lanzado críticas a sus integrantes. En este punto coincidieron Isidro Pedraza y Luis Sánchez.

Quienes han estado señalando de manera ruda, irrespetuosa, claramente alevosa, como lo hizo Alejandro (Encinas) en su informe de labores, no ayudan para que las izquierdas se unan. Yo no puedo actuar como si no pasara nada. ¿Hay una crisis dentro del grupo parlamentario? Sí, sí la hay, la vamos a discutir y tengo todo el derecho de llevar el tema a la dirección nacional del partido, advirtió De la Peña, integrante de la corriente Nueva Izquierda, la misma del presidente del PRD, Carlos Navarrete.

Los cuatro abandonaron la mesa inicial de la reunión parlamentaria, cuyo objetivo era afinar la estrategia frente al periodo ordinario de sesiones que se inicia el primero de febrero.

Otros senadores dijeron que se retiraban por diferentes motivos; al final, bajó la asistencia durante el análisis de los temas de seguridad pública, donde los perredistas marcaron diferencias a la iniciativa de reforma en la materia del presidente Enrique Peña Nieto, así como en el estudio del tema de rendición de cuentas.

Zoé Robledo aseveró que estaba presente una docena (de los 22 integrantes de la bancada), por lo que sí hay quórum, expresó.

La reunión fue inaugurada en la mañana con un reconocimiento a la trayectoria de Manuel Camacho Solís, ausente del trabajo legislativo en los meses recientes por motivos de salud. Por ello asistieron a la plenaria invitados especiales como Marcelo Ebrard y Carlos Navarrete, quien aseveró que el PRD es blanco de una concertación para destruirlo y de un fuerte ataque desde hace 120 días, tras los hechos de Ayotzinapa.

Para los comicios de junio previó triunfos para su partido, por márgenes estrechos, en Michoacán, Guerrero y en la capital del país, aun cuando hay un desgaste tras 18 años de gobierno y ya no somos la opción absolutamente mayoritaria.