Este martes, en el contexto del cuarto aniversario del fallecimiento del obispo Samuel Ruiz García, fue inaugurado el Museo jTatik Samuel en el Centro Comunitario El Caminante, de San Cristóbal de Las Casas.

Carlos Maldonado Quiroga, miembro del patronato del centro El Caminante, explicó que el museo incluye cinco salas en las que “se hace un pequeño recorrido por la vida de don Samuel, no como obispo sino como el jtatik (padre), como lo llamaban en las comunidades”.

Señaló que en la primera sala “está el área de lo que eran estas tierras antes de la Colonia, en la que se plasma un sacerdote maya como supuestamente eran. En la segunda está la conquista y la evangelización. En la tercera, el legado de don Samuel –que incluye artículos personales–, su vida, la línea del tiempo desde que nace hasta que fallece”.

Añadió que se recoge parte de la historia de su ordenación episcopal en 1960 por el papa Juan XXIII, el banquete que le dio la gente de San Cristóbal cuando se consagró obispo el 25 de enero de 1960 y luego está la sala de todos los premios que le dieron en derechos humanos y una escultura de cuerpo entero, con elementos relacionados con la radio de banda civil, ya que él era radioaficionado y utilizaba el nombre de El Caminante”. Comentó que al final está un legado donde dice que su obra debe continuar, que debe haber armonía entre indígenas y no indígenas.

Maldonado Quiroga indicó que el museo fue creado después de siete años de recopilaciones a cargo de 11 personas que forman el consejo del patronato, y que de alguna manera participaron cerca de don Samuel en alguna etapa de su vida. Es importante para los mexicanos y extranjeros conocer la vida que hizo por los indígenas, y que en esta zona hay paz y dignidad, comentó.

Afirmó que Ruiz García, quien fue obispo de 1960 a 2000 y falleció el 24 de enero de 2011, pidió que este lugar fuera un centro comunitario, y es lo que tratamos de hacer, pues los indígenas pueden venir a aquí a orar, a celebrar, a hacer cualquier evento; es el principio de algo que pensamos va a seguir; don Samuel vive, aquí está plasmado.

Mesa de análisis en la Casa de la Solidaridad

La capacidad de generar diálogo entre grupos diferentes y sentir compasión por el dolor y la injusticia que afectan a otros sectores eran algunos de los rasgos que distinguían a Samuel Ruiz García en su labor pastoral y en el trato con sus amigos y compañeros, afirmaron los participantes en la mesa de análisis Destellos en la oscuridad: las enseñanzas de jtatic Samuel Ruiz a cuatro años de su partida.

En el foro realizado ayer en la Casa de la Solidaridad, el obispo de Saltillo, Raúl Vera recordó la forma en que conoció a su amigo y maestro y destacó su capacidad como teólogo y estudioso de la Biblia, pero también como organizador de grupos de religiosos interesados en comprometerse con las personas más pobres del país.

A mí me cambió la vida, porque entré al mundo indígena a través del corazón de don Samuel. Nunca dejó de ver hacia el futuro que Dios estaba construyendo y decía que la prueba de que podía haber un mundo diferente era que nosotros estábamos tratando de construirlo en ese momento, rememoró.

El académico universitario Pablo González Casanova, por su parte, enfatizó el talento político del llamado jtatic para ayudar a resolver ni más ni menos que una guerra, aunque ésta haya durado sólo unos días, y poner todo su empeño para encontrar la paz entre dos bandos en conflicto.

El sociólogo Gilberto López y Rivas destacó la capacidad de Samuel Ruiz de encontrar formas para que marxistas y católicos tuvieran puntos de coincidencia y trabajaren en objetivos comunes, concientizando y sensibilizando a ambos grupos, en vez de hacer que se enfrascaran en discusiones bizantinas.

De igual forma, otros participantes en el foro celebraron el optimismo permanente de don Samuel, aun ante las peores circunstancias, y valoraron que a pesar de la falta de coincidencia en temas religiosos, se podía trabajar dialogando con él para encontrar una salida.

Era un hombre que sobrepasaba su figura de obispo y dejó espacio para que muchos no creyentes colaboráramos con él de forma muy satisfactoria, encomiaron.