Opinión
Ver día anteriorSábado 17 de enero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El nuevo AGN
A

unque suene un tanto melodramático, me gusta la idea de que en el Archivo General de la Nación (AGN) se sustenta la razón de México. Es una locución que le oí a José López-Portillo a quien, como sabemos, le encantaba hacer frases célebres que no han tenido mayor éxito.

En él venía pensando después de mi reciente visita a tan egregia institución, después de no haber pasado por ahí durante al menos tres años.

Vimos renacer el AGN de un verdadero infierno lleno de horrores y errores, precisamente cuando su acervo se posesionó del Palacio Negro, que conocemos como Lecumberri. En aquel entonces era Alejandra Moreno Toscano quien portaba las riendas y lo hizo extraordinariamente bien.

Parece ser recurrente nuestra dificultad para el mantenimiento de las instituciones, de manera que durante 30 años el declive fue lento pero seguro, en especial durante la reciente docena trágica mexicana.

Sabia ha sido la decisión del actual gobierno de decidirse, ¡por fin!, a realizar una inversión mayúscula que modernizara sobremanera el archivo más importante de México y, sin ánimo de exagerar, también del continente.

Vale señalar que, en este caso, modernizar también quiere decir salvar de la ruina. La vetusta construcción acarreaba problemas muy severos desde tiempos incluso remotos: hundimientos, cuarteaduras, grietas, desniveles de pisos y hasta desplazamientos de muros, etcétera, por no decir también del deterioro más aparente por falta de limpieza, pintura y reparación del mobiliario.

Las nuevas autoridades del Archivo, que fueron escogidas con mucho tino por la actual administración, están haciendo las cosas muy bien y, además de haber mejorado sensiblemente el trabajo y el servicio al público regular de la Casa, se lanzaron a la tarea de convencer al gobierno de la República y se emprendió una impresionante ampliación de las diferentes áreas con todas las de la ley.

Pronto entrará en funcionamiento un largo edificio que albergará laboratorios y talleres indispensables para el quehacer de conservación en buen estado del patrimonio documental e incluso para su adecuada difusión. Su famoso panóptico, con su correspondiente cúpula monumental, también se está restaurando, lo mismo que un gran mural pintado por presos no se sabe bien cuándo, pero lo más impresionante son los cajones de concreto que, de acuerdo con las especificaciones más modernas y eficientes para su función de salvaguarda se están construyendo en el enorme recinto, mismos que podrán dar albergue a una cantidad de documentos igual o mayor a la que ahora contiene.

Se espera terminar en 2016, aunque los problemas económicos que sobrevienen amenazan con retrasar el proyecto. Pero, de cualquier manera, cuando la obra se concluya podremos presumir y disfrutar de un Archivo General de la Nación con toda la barba, en tanto que, las mejoras técnicas que se realizan permitirán el acceso a una crecida parte de su contenido desde cualquier rincón de la República Mexicana. Por vez primera el AGN será accesible para todo la nación.

No todo son malas noticias en el acaecer mexicano. Quizá valdría la pena que lo tomáramos más en cuenta.

A M. de V. con gratitud