Nestora, lo inexplicable
s inexplicable que la luchadora social Nestora Salgado, y no la secuestradora
que pretenden presentar mediante una nueva campaña de desprestigio impulsada por la señora Isabel Miranda de Wallace, permanezca en prisión a pesar de que el gobierno del estado de Guerrero se desistió de la acción penal en contra de esta dirigente de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) del municipio de Olinalá.
Es inexplicable que esta madre de tres hijas permanezca en una cárcel de alta seguridad en Tepic, Nayarit, sin tomar en cuenta que el año pasado un juez federal revocó el auto de formal prisión por los supuestos delitos de secuestro y secuestro agravado.
Es inexplicable que esta mujer, migrante y activista, no haya sido liberada luego de 17 meses de injusto encarcelamiento, por un gobierno que reconoció en la CRAC todo un sistema de vigilancia, procuración e impartición de justicia comunitaria, confiriéndole a la organización, además de legalidad, apoyos económicos, pues la ley 701 permite a los pueblos indígenas de Guerrero impartir la justicia a partir de sus usos y costumbres.
Es inexplicable que la voz de Isabel Miranda de Wallace, una mujer que ha sido acusada en rigurosos reportajes periodísticos de simular el secuestro y homicidio de su hijo Hugo Alberto Wallace en julio de 2005, pese más que la de connotadas escritoras, artistas, defensoras de derechos humanos y feministas, como Marta Lamas, Elena Poniatowska, Trinidad Ramírez, Jesusa Rodríguez, Regina Orozco y Liliana Felipe, entre muchas otras que consideran que el único delito de Nestora ha sido organizar a su pueblo para lograr la justicia comunitaria y destacar como una mujer valiente en medio de una sociedad profundamente machista
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Es inexplicable que las verdaderas mafias coludidas con el Estado, tan puestas en evidencia en la tragedia de Ayotzinapa, gocen de plena libertad, mientras Nestora, quien denunció estas complicidades, pasa sus días y noches en una prisión sin luz natural y sin la atención médica que requiere; y mientras su hija Saira, impulsora de su libertad, es amenazada de muerte.
Es inexplicable que otros 12 integrantes de la Policía Comunitaria, que ejerce la justicia desde hace 18 años en la región, se encuentren también tras las rejas.
Es inexplicable que el gobierno mexicano atienda de inmediato cualquier insinuación estadunidense, y no se manifieste ante la preocupación explícita del congresista demócrata del estado de Washington, Adam Smith, quien se ha pronunciado por su libertad.
Es inexplicable que no liberen de inmediato a Nestora Salgado.