Jueves 4 de diciembre de 2014, p. 40
Londres. Los inventarios globales de granos se están encaminando a un máximo de 15 años a medida que la cosecha histórica de maíz en Estados Unidos ingresa en su etapa final, pero el riesgo de una escasez de alimentos persiste, porque la demanda por carne y biocombustibles sigue creciendo. Las sequías en los principales países productores de granos tanto en la campaña 2007/08 como en la 2010/11 desembocaron en un brusco aumento de los precios de los alimentos, lo cual empujó a millones de personas a la pobreza, desató protestas y jugó un papel en el derrocamiento de algunos gobiernos. Desde entonces hubo una reconstrucción de los inventarios de cereales, que están en camino a alcanzar su mayor nivel desde la temporada 1999/2000, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Los inventarios globales de maíz, según los pronósticos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, alcanzarían 192 millones de toneladas al final de la temporada, no muy lejos de un máximo histórico de 205 millones de hace 28 años. Pero los analistas advierten que los inventarios podrían bajar rápidamente en caso de que haya cosechas escasas. Una gran porción de la cosecha se destina hoy a la producción de etanol, principalmente en Estados Unidos. También ha crecido la demanda de maíz para alimentar ganado al incrementarse el consumo de carne de res en mercados emergentes como China.