¿Cuánto dura la adolescencia? ¿Hay quienes nunca la dejan? ¿Hoy los jóvenes tienen una experiencia interna más rápida del tiempo? A estas preguntas el director de cine Juan Carlos de Llaca ha dedicado gran parte de su reflexión durante años, pero no desde una teoría de mármol, gris, sino desde el árbol de oro de la vida, como escribió Paul Eluard.

Con esta idea impartirá un taller del Programa Creadores en los Estados, a cargo de la Dirección General de Vinculación Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, titulado Teoría y apreciación del cine, del 8 al 10 de diciembre, en Morelos, dirigido a creadores de la entidad, estudiantes de cine, comunicación y disciplinas afines. Se impartirá en el Cine Morelos de Cuernavaca.

“Será un curso de lo más abierto posible para transmitir lo que llamo herramientas de expresión cinematográfica. Es sobre lo que se necesita a nivel creativo para hacer una película. Me he dado cuenta de que los cursos que se imparten son muy especializados, para guión, dirección, dirección de actores, etcétera, lo cual hace que el conocimiento se transmita de manera parcial. Cuesta trabajo encontrar una visión integral que diga qué es el poder del cine y las herramientas expresivas.

En el taller analizamos películas y paso a paso hablamos de guion, de elementos del personaje y su desarrollo, estructura dramática, música, atmósfera, fotografía, ritmo, tiempos interno y externo de la toma, de la película... en fin, desgloso todo eso. Me puedo tardar 15 horas en tres sesiones, analizando una sola película, con la idea de transmitir la visión general.

Impulso creativo

De Llaca, también director de En el aire, Me voy a escapar, coescrita con Jorge García, y Padre Nuestro, afirmó: Hoy el cine implica muchas especializaciones. Incluso, cuando yo estaba en el CUEC era así: fotografía, guión, realización, lenguaje cinematográfico, etcétera, cada cosa estaba en su compartimento. Básicamente quiero transmitir el impulso creativo, para que la gente tenga elementos de todas las herramientas que se utilizan en el cine, para que las aprecie y las puedan llevar a la práctica en un trabajo creativo, como un audiovisual, cine, cine con actores, de ficción, documental.

Agregó: Hacer una película no es complicado, sí lo es crear la obra que quieres hacer; esto es, tener el tiempo y el espacio y no dejarse ahogar entre las necesidades familiares y las del mercado. Si ya existe un impulso creativo para querer contar un cuento en específico ya lo otro es asunto de ilusión.

La academia no es su modus vivendi, precisó. “Estudiar cine es una moda y hubo otra: producir cine, porque en los primeros años de la aplicación del artículo 226 no tomaban en cuenta la trayectoria de los cineastas ni eran tan precisos en la selección de los guiones que se aprobaban. La moda era hacer cine y si llegaba el sobrino de cierto consorcio o empresario, pues ya podía hacerlo. Eso se ha modificado, y ahora, más difícil que hacerla, es exhibirla.

“A mí me fue bien con Por la libre; estuvo tres semanas en cartelera en primer lugar y creo que hasta el momento ha sido la más popular. Es una película muy de chavos, pero le gusta mucho a los adultos.”

Para inscribirse al taller contactarse con Melissa Urrutia o Eduardo Araiza en [email protected] y a teléfonos (01-777) 3 18 62 00, extensión 183 (de 9 a 17 horas) y al (01 777) 3 10 30 66.