En el contexto de las movilizaciones en demanda de la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, fue suspendido el servicio en nueve estaciones del Metro de las líneas cinco, uno, siete, dos y B; y fue interrumpido el paso de autobuses en el Circuito Interior, lo que perjudicó a miles de personas. Mientras, la mayoría de negocios en el primer cuadro de la ciudad cerraron.

Desde las siete de la mañana, el Sistema de Transporte Colectivo (STC-Metro) cerró las estaciones Terminal Aérea y Hangares de la línea 5, que va de Pantitlán a Politécnico. Tres horas más tarde amplió la medida a Oceanía (líneas 5 y B), ante la llegada de jóvenes que se dirigían al aeropuerto internacional, apostándose la policía entre la calle de Siberia y el Circuito Interior.

La suspensión del servicio se amplió a las estaciones Bulevar Aeropuerto, Gómez Farías y Zaragoza de la línea uno, que va de Pantitlán a Politécnico; y Constituyentes y Auditorio de la línea 7, de El Rosario a Barranca del Muerto, lo cual provocó que la gente caminara largas distancias para encontrar otra forma de trasladarse.

Los bicitaxis en la zona de Oceanía resultaron una alternativa para trabajadores, quienes tuvieron que desembosar entre 20 y 30 pesos, por acercarnos al aeropuerto, mientras otros decidieron caminar hasta avenida Tahel y tomar un taxi, los cuales cobraron 30 pesos por persona, pero ni modo. No había otra para llegar ante los manifestantes y los policías, comentaron algunos entrevistados.

Las marchas en el primer cuadro de la ciudad provocaron el cierre de la estación Zócalo, de la línea 2; y de negocios.

Juan de Dios Barba, integrante del Consejo Económico y Social por la parte patronal, señaló que se buscó evitar afectaciones ante la excesiva tolerancia de las autoridades policiacas con estas movilizaciones, que representan en promedio una pérdida del sector de 150 millones de pesos.

Gerardo López, presidente de la Cámara de Comercio en Pequeño de la ciudad de México, señaló que muchos micro y pequeños negocios cerraron alrededor de las 15 horas ante la poca afluencia de clientes y para evitar robos de mercancía y daños.

José Luis Beato, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, exigió a las autoridades hacer valer la ley cuando manifestaciones radicales se tornen violentas y garantizar la integridad de quienes ejercen su derecho a la libre manifestación y que la actividad de ciudadanos y empresas no sea vea afectada.