La obra Zapata busca hablar a los pequeños de asuntos para adultos, como la política
El grupo Marionetas de la esquina ha retratado en sus piezas la dictadura de Pinochet, la separación de los padres y la violencia intrafamiliar
Más de 50 obras en cuatro décadas
Domingo 16 de noviembre de 2014, p. 2
Más que en la técnica, en lo que más ha habido cambios dentro del mundo de los títeres es en los temas, expresa Amaranta Leyva, directora artística de Marionetas de la esquina y autora de la obra para títeres Zapata, que se restrena este domingo. Esta obra para niños se estrenó en los festejos por el centenario de la Revolución y ahora la estamos reponiendo, rescribiendo y remontando, porque es un texto que tiene mucha pertinencia para el momento que está pasando México
, añade la dramaturga en entrevista.
Una manera de hablar a los niños
Zapata “es una manera de hablar de los niños sobre política, sobre los asuntos que se supone son de adultos. Veo a los niños que pasan a nuestro alrededor mientras nosotros hablamos de los desaparecidos de Ayotzinapa y ellos no saben. Mi sobrina me preguntaba: ‘¿Qué les pasó a los estudiantes?’ La respuesta fue ‘desaparecieron’, y ella preguntó: ‘¿entonces yo voy a desaparecer? Es necesario detenernos, hablar con ellos. No creo que deba ser a partir de la rabia, el odio ni la provocación a la violencia. A los niños se les tiene que hablar de estos temas desde la esperanza, y eso es lo que siempre intento en mis obras. Eso es lo que hago un poco con Zapata: contarles quién fue, qué le pasó y cómo podemos nosotros cambiar un poco”.
En el estreno de la obra, la reacción del público fue muy fuerte. Dura solamente 40 minutos, pero creo que está muy bien condensada; cada elemento que va saliendo en la obra va directo a la emoción. Con el asesinato de Zapata veía a la gente adulta que lloraba y sí sentía esos silencios llenos de mil preguntas
.
Hoy en el teatro de títeres se acepta abordar temas tabúes, agrega Amaranta. “Hablamos de temas difíciles, sobre todo de las emociones de los niños, pero justamente con el restreno de Zapata estaba pensando que hay una serie de asuntos que decimos ‘sí, vamos a hablar sobre esto’, pero cómo hablamos de la política, de la corrupción, del gobierno, del ansia por el dinero del narcotráfico, que son temas que están inundando a México y que los niños van a estar imbuidos de todo eso. Algo que me preocupa mucho es esta ansia del dinero en los niños, este deseo por lo material.”
La compañía encuentra caminos para hablar de estos asuntos. Lo ha hecho en varias ocasiones, por ejemplo con Éranse muchas veces, acerca de la dictadura de Augusto Pinochet; Dibújame una vaca, que habla de lo que vive un niño con la separación de sus padres, y Mía, que trata el tema de la violencia familiar.
Al finalizar la función del domingo 23 de Zapata, varios invitados hablarán con los pequeños sobre lo que sucedió en Ayotzinapa. Estas obras y acciones ayudan a los menores a entender, y sobre todo son un respaldo para que los padres puedan explicar lo que sucede y lo que los niños escuchan constantemente de los adultos o en los medios de comunicación. Buscamos que sea un momento de plática, de reflexión, porque lo que buscamos como compañía es que además de La titería. Casa de las Marionetas sea un espacio de reflexión.
Además, en cada función de Zapata, la asociación civil Acción-Reacción trabajará con los niños un periódico mural.
Lourdes Pérez Gay, fundadora de Marionetas de la esquina, subraya esta apertura de temas en el teatro de títeres, y en especial en el trabajo de la compañía. “Esa apertura en los temas, que fue obra de Amaranta –lo debo de decir–, esa mente moderna, esa mente atrevida, de decir: no hay cuestiones que no se les deban decir a los niños, depende de cómo se las digas. Esa es Amaranta con su dramaturgia y nosotros, de atrevernos a decirlo y a poner las obras.”
Por ejemplo, sobre Mía “decían que no era para niños, pero al final ellos querían quedarse para contar que estaban igual. Atreverte a poner eso en escena te permite que los niños lastimados sepan que no tienen que quedarse callados. Los niños violados, dañados y golpeados saben que lo que pasa en el escenario les pasa a ellos, y al lograr esa empatía con los personajes les viene la autoestima: es lo que se llama la resiliencia. El adulto elabora de otra manera el pensamiento, pero el niño está siendo golpeado por la persona que más quiere. “Ser golpeado por la persona que más quiere es una dualidad espantosa entre sentirse culpable porque dice ‘yo lo provoqué’. Atrevernos a mostrar esa obra fue muy importante, fue un salto fuerte. Antes había sido Dibújame una vaca, sobre el matrimonio separado, pero era un poco más dulce.
Lo que se ha atrevido a hacer Marionetas de la esquina a lo largo de 40 años (que se cumplieron este 2014) es decir que “el teatro para niños no son nubes rosas nada más, no son lluvias cristalinas, hadas. Hasta Disney ha cambiado: tenemos a Mérida, en la película Valiente. Abrir el teatro de niños a temas difíciles fue un paso que dimos hace muchos años, y ahora ya está un poco de moda”.
Durante las cuatro décadas de vida de la compañía, fundada por Lourdes y Lucio Espíndola, han puesto unas 50 obras, de las cuales 20 se mantienen vigentes. Sin embargo, el proyecto es retomar algunas de ellas y restrenarlas una vez que concluya la construcción del teatro en la sede de Marionetas de la Esquina, bautizado como La titería. Casa de las Marionetas. El sueño es que sea inaugurado en marzo o abril del próximo año. Por lo pronto, las funciones se realizan en una carpa con capacidad para 90 personas.
Los sábados de noviembre se presenta Click, con la compañía Sopa de Clown, mientras Zapata estará los domingos. Las funciones son a las 14 horas. La titería se encuentra en Vicente Guerrero 7, en las esquinas de Xicoténcatl, Malitzin y avenida México, en Coyoacán. Su página de Internet es www.marionetas.com.mx.