El estadunidense Victor Wooten, uno de los bajistas más destacados del jazz, en entrevista con La Jornada, aconsejó ayer, a los mexicanos querer a su país, respetarlo, con la conciencia de que tiene una gran historia y cultura. Informó sobre los conciertos que ofrecerá con su banda mañana y el viernes, en el Lunario del Auditorio Nacional.

Verlo tocar es un espectáculo. Velocidad y fuerza, sin huecos; nada de silencios innecesarios.

Presentará sus discos Sword and Stone y Words and Tones, en lo que será su quinta tocada en el Lunario. Jazz, funk e improvisación, para seguir el ritmo.

Este prodigio dará con su grupo (Regi Wooten, guitarra, y JD Blair, batería) una síntesis de lo realizado a lo largo de más de 30 años de carrera. Estos conciertos son parte del décimo aniversario del Lunario.

Ganador de cinco premios Grammy, Wooten ha logrado explorar géneros como jazz, funk y jazz fusión. Se ha desempeñado como arreglista y productor. Ha incorporado otros instrumentos a su música y prometió que el bajo será la estrella de las noches del Lunario.

El clan Wooten estuvo inmerso en la disciplina y el gusto por la música. Regi, su hermano mayor, propició la primera aproximación de Victor a la música y es el responsable indirecto de la elección del instrumento con el cual ha logrado destacar. Fue el mismo Regi quien decidió instruirlo desde niño en el bajo, instrumento que hacía falta para formar la banda Wooten Five, integrada por los cinco hermanos. De hecho, admiraban a los Jackson Five.

Innegable talento

El innegable talento de los hermanos Wooten los llevó a ser teloneros de la leyenda del soul Curtis Mayfield. En 1988, Victor conoció a Béla Fleck, virtuoso del banjo, con quien formó el cuarteto de jazz Béla Fleck and the Flecktones, integrado también por Roy Future Man Wooten en las percusiones y Howard Levy en teclado y armónica.

Con esta agrupación, Victor se hizo de un nombre en el jazz. Luego de que Levy la dejara, tras los primeros tres álbumes, la banda quedó como trío de 1992 a 1997, años en los que el bajo de Wooten tomó mucho mayor protagonismo

Wooten lanzó su primera producción: A Show of Hands (1996), con la cual se consolidó como el más grande bajista de su generación.

En la entrevista, Wooten mostró sus dedos, dejó sentirlos y, aunque están duros, carecen de callos. No, no tengo callos. He estado tocando 47 años... supongo que no hay callos, porque empecé muy chiquito y mi piel creció de manera diferente, de la manera correcta para tocar el bajo.

–¿Qué prefiere, la velocidad y la energía, o sobrellevar el ritmo de la banda?

–Me gusta más apoyar a la banda, pero estoy muy contento de que pueda hacer de todo un poco. Si sólo pudiera hacer una cosa, optaría por apoyar a los demás en la banda. Para eso es el bajo.

–¿Qué opina del protagonismo de los guitarristas, los de la guitarra líder?

–Depende quién esté tocando. Si son buenos guitarristas, ¡me gusta!

–El trabajo de los bajistas pasa inadvertido...

–El bajista, como regla, no se supone que deba sobresalir. Se supone que nada más debe ser fuerte, como el piso de un edificio, que no sobresale. Un bajista sobresaldría sólo si no hace bien su trabajo. Cuando hace su trabajo sólo apoya a los demás, para que ellos puedan destacar. Esa es la correcta situación del bajo.

–¿Para tocar bien hay que tener alma buena?

–Sí puede ser de otra forma. Hay quienes tocan y no muestran quienes son realmente. Muchos músicos hacen eso. No soy nadie para decir que está mal. Sólo que yo no soy así. Yo podría tocar de una manera con la que podría vender muchos más discos y tener muchos más fans, pero prefiero ser honesto. Así, los pocos seguidores que tengo me quieren y les gusto por lo que realmente soy. Podría tocar en ropa interior, pintarme el pelo de rojo, arreglarme los dientes, ponerme maquillaje, pero no sería yo.

–¿Qué es la alegría para usted?

–Muchas cosas. Mis hijos, mi música, mis amigos, mi vida, mi salud, el desayuno de esta mañana... pero una gran parte de la alegría es la libertad. Yo tengo la oportunidad de tocar la música que elijo. Ustedes me permiten estar aquí y pasarla genial. Eso para mí es la felicidad.

–¿Del pasado, cuál es el bajista que más admira?

–A mi hermano Regi, quien me enseñó, pero también podría ser Stanley Clarke y muchos otros.

–¿Su sentir cuando improvisa en el jazz, cuál es?

–Si todo está yendo bien me siento libre, pero a veces no puedo encontrar las palabras correctas. Aunque me gusta tocar jazz, realmente me considero un bajista de R&B. A veces el jazz es difícil, pero siempre intento hacerlo bien.

–¿A qué ayuda la música a los jóvenes?

–Si alguien tiene educación musical cambia para bien. Antes se enseñaba de un modo muy... duro (hizo un ademán como si recibiera un reglazo). Si te equivocas te pego. Eso no me gusta porque prefiero la libertad. El bajo eléctrico es muy joven, un bebé. El piano, violín, etcétera, son más viejos. Así que en realidad no hay una forma correcta para tocarlo y está cambiando tan rápido que hay muchas formas de tocarlo, lo cual significa que la educación también debe cambiar.

–¿Cómo vibra México?

–¡Me encanta! Primero porque es diferente y siempre me han gustado las cosas que son diferentes, porque me ayudan a crecer. Me gusta oír los idiomas, los olores, los sabores. Todo mundo me parece bello. No entiendo el lenguaje español, por lo que entonces elijo lo que veo.

–Un mensaje para los mexicanos, que enfrentan hoy una situación difícil por la violencia y la inseguridad.

–Amen su cultura, enamórense de quienes son y de donde son, de su tierra. Esta es una de las ciudades más grandes en el mundo y es reconocida por su belleza. Así es que no deben buscar las respuestas fuera.

El concierto #LUNARIO10 presenta: The Victor Wooten Band, en el Lunario, localizado en Reforma 50, Bosque de Chapultepec, costado poniente del Auditorio Nacional, el jueves 13 y viernes 14 de noviembre, a las 21 horas. Boletos: $700, $800, $900 y $1,200, a la venta en taquillas del Auditorio Nacional y al teléfono 5325-9000.