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México SA

La nueva morada de EPN

Obra pública = corrupción

Frivolidad y ostentación

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La esposa del presidente de México, Angélica Rivera, en la ceremonia de bienvenida a Carlos, príncipe de Gales, y su esposa Camila, duquesa de Cornualles, en el patio central de Palacio Nacional el pasado 3 de noviembreFoto Cristina Rodríguez
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Enrique Peña Nieto y su círculo monárquico los mata no sólo la falta de oficio político, la ineficiencia, la corrupción y la voracidad, sino las revistas del corazón. En esos pasquines ellos y sus familias impúdicamente se exhiben, con la frivolidad y el egocentrismo de Angélica Rivera en primera línea.

Les fascina aparecer –no gratuitamente, desde luego, que para eso está el erario– en las portadas de Hola!, Quién, Caras, Mari Claire y suplementos sociales, donde hacen gala de sus lujos y abundancias en un país en el que oficialmente una cuarta parte de su población no tiene qué comer, más de la mitad es pobre y sólo 19 de cada 100 habitantes son clasificados como socialmente no vulnerables.

Allá por 1979 la revista estadunidense Town & Country exhibió en su portada a la gran burguesía regiomontana, la dueña de este país, quien hacía alarde de su cercanía con el poder político, sus voluminosas fortunas y lujos que incluían enormes mansiones, yates, vestuarios, joyas y no pocas piezas de cacería, entre otras caprichos.

Ahora quienes sin pudor alguno se exhiben en esos pasquines son los integrantes de la familia política mexicana, y en esas artes la esposa del inquilino de Los Pinos se pinta sola. Lo mismo aparece en las revistas del corazón (algo que nunca logró como personal de Televisa) con carísima vestimenta y joyería de firma, que en pleno modelaje en la residencia oficial de Los Pinos o narrando lo bien que administra sus bienes inmuebles, sin olvidar sus viajes relámpago, con todo y familia, más Estado Mayor Presidencial, a conciertos musicales en la capital española, al partido México-Croacia en el Mundial Brasil 2014 o a Roma para besarle la mano al Papa Francisco, entre tantos otros.

La revista española Hola! –con oficina en México– publicó una entrevista con Angélica Rivera, en la que ésta afirma que en nuestra casa llevamos una vida de lo más normal posible, les he hecho saber que Los Pinos nos será prestado sólo por seis años y que su verdadera casa, su hogar, es ésta donde hemos hecho este reportaje. Pero resulta que la casa, en las Lomas de Chapultepec con un valor estimado en 95 millones de pesos y en la que también vive el marido, es propiedad de una de las empresas ganadoras de la licitación original (50 mil millones de pesos, más o menos) del tren de alta velocidad México-Querétaro, que fue cancelada para lanzar otra convocatoria, en la que casualmente volverá a participar esa misma empresa.

Lo anterior dio pie a una investigación periodística del equipo de Carmen Aristegui (publicada ayer por La Jornada), la cual documentó que la casa de La Palma, que no está incluida en la declaración patrimonial pública del presidente Peña Nieto, está interconectada con otra residencia ubicada a espaldas, en la calle de Paseo de las Palmas 125, Lomas de Chapultepec, que pertenece a Angélica Rivera de Peña. De esa propiedad salió la pareja cuando el presidente Peña Nieto tomó posesión del cargo el primero de diciembre de 2012, de acuerdo con los documentos en poder del equipo de investigación de la periodista Carmen Aristegui. El Estado Mayor Presidencial, el cuerpo militar de élite responsable de la seguridad del Presidente y su familia, confirmó oficialmente al equipo de periodistas que custodia la casa de Sierra Gorda 150.

Así, Angélica Rivera se exhibe y hace lo propio con su marido y el gobierno que dice presidir, que no es otro que el inquilino de Los Pinos, quien a los mexicanos prometió combatir la corrupción. Y como dicen los clásicos, el ejemplo empieza por casa, aunque todo indica que la familia presidencial lo entendió exactamente al revés. Ello aunado a la incontinencia de aparecer en los medios de comunicación, donde salvan a México, modelan, narran lo simpático que es el Papa, hablan de sus extensas propiedades, se presentan como una mujer muy amada por un hombre que me hace sentir protegida y querida como no lo había sentido nunca antes, pregonan el fin de cursos de la princesa anti prole, redefinen el poder femenino, se atreven a soñar y/o presumen sus premios comprados (como el del ministro del año).

La crónica del siempre franquista diario ABC de España presume que La Gaviota es réplica del estilo de la reina Letizia, y que la mexicana visita con frecuencia Madrid en verdaderas jornadas de compras. En nota bajo la firma de María Luisa Funes, se comenta que “no podía encontrar mejor papel a interpretar Angélica Rivera Hurtado que el de primera dama de su país. Forma con Enrique Peña Nieto una pareja de ‘bien parecidos’ que se lo trabaja para ir siempre de punta en blanco. No en vano, son conscientes de que ‘el hábito hace al monje’. En su visita oficial a España hace un año, Angélica reconoció que se inspiraba en la entonces princesa Letizia a la hora de elegir su guardarropa.

“Y hace bien, porque en el pasado, más de una vez derrapó con vestidos algo exagerados, colores poco favorecedores y mezclas que rechinaban: vestidos de patchwork, mangas abullonadas como jamones de jabugo o arco iris de colores. Tras un polémico y poco adecuado posado para una revista femenina, Angélica quizás ha comprendido que no se trata de ser la más explosiva ni la más llamativa, sino de ir de acuerdo con la situación… Desde que su marido asumió la Presidencia de Méjico (con j), Angélica ha buscado acertar en sus estilismos y para ello no ha dudado replicar algunos accesorios de Mary de Dinamarca, Catalina de Cambridge o Rania de Jordania. Pero a quien verdaderamente emula, en maquillaje, peinados, vestidos y complementos, es a doña Letizia.

“En sus viajes oficiales no ha dudado calcar los vestidos de encaje que tan de moda ha puesto la reina de España. Incluso los escotes y mangas emulan a los de doña Letizia: las mangas, extremadamente ceñidas sólo llevan encaje, quedando semitransparentes. Los escotes son de tipo ‘ilusión’, una especie de palabra de honor con el torso cubierto de blonda o muselina. Los vestidos de noche y cocktail son réplicas de los modelos de la reina”.

Y para rematar, le gustan las marcas españolas, los accesorios de empresas francesas de gran reputación y la mezcla tan abundante que encuentra en algunos centros de El Corte Inglés, que supera de lejos la oferta internacional de mejores marcas presentes en México.

Ese es el frívolo perfil de quien asegura que las necesidades de la población son nuestro motivo para trabajar en el México incluyente que queremos.

Las rebanadas del pastel

Y muy arriba de todos ellos está el México real que se desmorona política, económica y socialmente.

Twitter: @cafevega