Presenta Escenas para una conversación... en el museo del Chopo
Lunes 10 de noviembre de 2014, p. a12
El teatro se hace con ideas, no con dinero. Tal manera de pensar de la dramaturga y actriz Tanya Beyeler (Suiza, 1980) explica el porqué la compañía española de teatro El Conde de Torrefiel, de la cual es codirectora al lado de Pablo Gisbert, apuesta más por el contenido de sus obras que por la parafernalia escénica.
Nos gusta andar ligeros
, explica. Pueden conseguirse muchas cosas sin lo material, que por lo general tiene que ver con los recursos económicos. En el momento en que tengamos mucho dinero quizás hagamos una megaescenografía, aunque aún teniéndolo no quiere decir que haya buenas ideas.
Fundada en 2010, la agrupación se encuentra por primera vez en México para presentar la obra Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke, en el Museo Universitario del Chopo, en seis funciones, a partir de este viernes y hasta el domingo 16 de noviembre.
Esta pieza, la segunda de las cuatro que han creado a la fecha, estrenada en 2012, evidencia de forma clara la razón de ser de la agrupación, la cual ha despuntado en el panorama de las artes escénicas españolas por su manera de encarar las tragedias cotidianas mediante un lenguaje fresco y atrevido, en el que el humor y la melancolía se entrecruzan.
Fascismo en la cotidianidad
Sus principales temáticas son de corte político y social, como el totalitarismo, la alienación intelectual y la libertad individual, entre otras, y en el caso de la obra que traen a México, en específico, se alude al fascismo de la vida cotidiana.
Son 11 historias breves, contadas en tercera persona, que se refieren a esa manera que tenemos todos de ejercer el poder y la violencia contra los demás, generalmente de manera disfrazada y discreta, como consecuencia de la eterna dificultad para convivir
, precisa Tanya Beyeler, quien radica en España desde hace 15 años.
Se trata de un ejercicio de observación sobre la violencia civilizada, algo muy de la urbe, de la civilización, muy presente en Europa. Este proceso de progreso y la cultura nos han llevado a no matarnos a la primera, pero el instinto del poder y la violencia siguen estando. Entonces, lo que tratamos es cómo se manifiesta eso en nuestras sociedades en el siglo XXI
.
Más que hacer crítica, de acuerdo con la creadora escénica, el interés del grupo consiste en presentar una visión mordaz de la realidad.
“La palabra ‘crítica’ es complicada, porque implica dar una visión moral o una conclusión sobre algún tema. De ninguna manera es nuestra intención. Si acaso somos críticos es en señalar determinadas situaciones o dinámicas; en este caso, entre personas, y de allí las conclusiones debe sacarlas cada quien.”
La obra parte desde observar la realidad, por eso es realista, aunque en escena se manifiesta de manera muy abstracta, fragmentada. No hay narración ni escenografía y los personajes sólo existen en el texto, detalla.
Las historias, los sentimientos y la realidad sólo ocurren en la cabeza del espectador. Obviamente trazamos el camino para que eso pueda ocurrir. En escena son simplemente impulsos, imágenes, palabras, músicas y luces que, juntas en la percepción, crean algo homogéneo, una historia sólida. Lo nuestro es detonar la imaginación más que hacer las historias evidentes. Es cómo leer a través de las orejas.
Tanya Beyeler destaca que la gran apuesta de El Conde de Torrefiel es por la dramaturgia, a la manera de los grandes autores clásicos, que eran capaces de generar situaciones, atmósferas y grandes escenografías sólo con el texto.
De allí que busquen que los suyos sean muy concretos, fáciles y directos, hechos para ser entendidos por cualquier persona, desde el lego hasta el docto: Nuestra propuesta estética puede gustar o no, pero lo que nunca vamos a permitir es que alguien diga que no nos ha entendido
.
Sobre Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke, agrega que no cae en la tragedia ni en la parodia, porque en ningún momento se atacan las situaciones de manera realista.
La obra siempre está en una cuerda floja entre el drama y la risa o entre el patetismo y la burla, porque la forma discursiva es muy directa, y sucede que uno se ríe de cosas que supuestamente no deben causar risa, como cuando se está en un funeral.
Con esta pieza, la compañía ha recibido el reconocimiento de parte del público y la crítica en los principales festivales de España, como el Mercat de les Flors, de Barcelona; el de Otoño a Primavera, de Madrid, y el Temporada Alta, de Girona.
Las funciones son el viernes 14 de noviembre a las 20 horas, el sábado 15 a las 19 horas y el domingo 16 a las 18 horas, en el Foro del Dinosaurio en el Museo Universitario del Chopo (Dr. Enrique González Martínez 10, Santa María la Rivera).
Además de esta puesta en escena, Tanya Beyeler y Pablo Gisbert impartirán en ese mismo recinto, del 10 al 14 de noviembre, el taller Actuar en la cabeza que mira, en el que abordarán elementos teóricos y prácticos relacionados con las formas de creación y composición contemporáneas a partir de la palabra, el movimiento, el sonido y la iluminación.