En México las parejas del mismo sexo pueden optar por diversos métodos de reproducción asistida en el sector de salud privado, señaló Gabriela García Soto, representante legal y presidenta de Pronto Nacerán Nuestros Hijos (Pronanhi), quien indicó que ello no ocurre en el sector público, pues existen demasiados requisitos, incluso para las parejas heterosexuales, lo que hace imposible concretar en esos espacios las maternidades lésbicas y paternidades gay.

No diría que es por discriminación, sino porque existen muchos criterios de exclusión, además de que no se cuenta con un andamiaje jurídico suficiente que permita proteger e incentivar este tipo de maternidades y paternidades, excepto en la modalidad de vientre subrogado en el estado de Tabasco, cuya legislación no hace distinción en cuanto a si las parejas son heterosexuales, homosexuales o lésbicas.

“Allí (en el ámbito de salud público) es más restrictivo, deben ser mujeres de menos de 35 años; parejas con certificado de concubinato o casadas; las mujeres solas no son candidatas porque no hay banco de esperma. Las mujeres con baja reserva ovárica no son atendidas porque no hay un banco de óvulos, y los hombres con vasectomía tampoco pueden tener este tipo de tratamiento (reproducción asistida).

El sector público es muy restrictivo, aquí homosexuales no entran, no es discriminación por preferencia sexual, sino es que porque no tienen semen, y ejemplificó el caso de las parejas de lesbianas, en las cuales es como presentar problemas de azoespermia, y no hay banco de semen, y si no tienes una pareja hombre no puedes comprobar concubinato o matrimonio, no hay opción de tratamiento para mujeres que no tienen una muestra de semen.

En entrevista durante la Feria Informativa de Reproducción Asistida de Pronanhi: maternidades lésbicas y paternidades gay, la también sicóloga destacó que es mucho más fácil para las parejas lésbicas tener hijos mediante reproducción asistida, pues cuentan con los óvulos y el vientre, lo cual no ocurre en las que están formadas por hombres, las cuales deben tener donantes de óvulos y de úteros.

García indicó que los tratamientos de reproducción asistida incluyen la donación de óvulos, la inseminación y el útero subrogado, y lamentó que en la ciudad de México la propuesta sobre útero sustituto se mantenga en la Asamblea Legislativa del Distrito federal en el limbo, sobre todo por la influencia de las sectores conservadores y religiosos.

Subrayó que una de cada seis parejas, independientemente de su orientación sexual, sufren problemas de infertilidad, y precisó que este es otro problema que en algunas ocasiones deben enfrentar las parejas homoparentales que recurren a métodos de reproducción asistida.

Dijo que desde 2010 Pronanhi apoya a parejas heterosexuales y homoparentales que carecen de los recursos para costear de forma privada uno de estos procedimientos asistidos, y añadió que en Pronanhi, una institución sin fines de lucro, la inseminación con donación de esperma para parejas lésbicas puede tener un costo de 10 mil pesos; mientras que la recepción de óvulos de la pareja, esto es cuando se insemina el ovulo de una y se pasa a la otra cuando es embrión, oscila en 80 mil pesos.

Refirió que el rango de edad de las parejas hetero y homosexuales que recurren a reproducción asistida en la institución que dirige es de 30 a 46 años. No obstante, detalló que se ha logrado, mediante la donación de óvulos, que mujeres de hasta 53 años puedan gestar en su propio vientre.