En el Centro Cultural Roberto Cantoral también se proyectó la cinta El niño y el basilisco
Domingo 9 de noviembre de 2014, p. a10
La comunión entre nostalgia, amor y esperanza fue el hilo conductor de la poética velada que ofreció anoche el cantautor español Luis Eduardo Aute, quien por más de tres horas deleitó al auditorio del Centro Cultural Roberto Cantoral.
Entre cada canción, el también pintor y cineasta, ataviado con pantalón de mezclilla y saco negro, reflexionó sobre temas sociopolíticos, sentimentales, sexuales y religiosos, valiéndose de la ironía y el humor.
Aute inició su concierto con las palabras: Quiero dedicar este concierto para homenajear a las 43 víctimas desaparecidas (de Ayotzinapa) y a tantas otras por la injustificada e irracional violencia. Para todas ellas dedico todas estas canciones
.
Al filo de las 21 horas, la presentación se proyectó la película de animación El niño y el basilisco, que narra cómo sería el encuentro de él en su etapa infantil y el monstro
que es ahora.
Pensemos qué pasaría si nos encontráramos con el niño que fuimos antes. ¿Qué conversación habría de por medio (...) Estoy seguro de que, en nada de mí, queda ese niño
, expuso sarcásticamente y luego dio lectura a un verso del venezolano Rafael Cadenas:Infancia dormida en los rayos del Sol/Cuánta luz para aquel niño/ Ahora él te busca/ Me desdoblo/ Es absurdo volver los ojos a tus días/Vivir de tu suelo es cambiar un extraño por el que soy
.
La nostálgica y apasionada actuación musical de Aute abrió con el tema De la luz y la sombrea, que desde sus primeros acordes fue aplaudida por sus fans, quienes se rindieron ante el talento y humildad del español.
Luego de las enérgicas ovaciones, el intérprete hizo sonar Me va la vida en ello, Un ser Humano, Atenas en llamas y Esta noche; en ésta pidió a los espectadores que memorizaran un verso y que luego se lo dijeran a su pareja.
Una canción para Katy Jurado
Luego de un trago de vino, Aute hizo sonar Prefiero amar, impregnando el ambiente de romanticismo. Para su siguiente interpretación Anda, utilizó la guitarra, ante lo cual el público reaccionó con una fuerte ovación.
Otros temas interpretados fueron Aleluya N5, Mojándolo todo, Quiéreme, Latido a latido y A día de hoy, además de Feo mundo inmundo, Dentro y Señales de vida, de la que dijo que era su favorita de la última producción El niño y el basilisco.
Sin embargo, los temas que más sedujeron al público fueron No te desnudes todavía, Siento que te estoy perdiendo, Alevosía y Cinco minutos, que escribió en honor a su amiga, la actriz mexicana Katy Jurado.
La gente, de pie o sentados, pedía más música, por lo que cantó El niño que miraba al mar, tema que le da título a su más reciente producción y con el que pretendía cerrar su actuación.
Aute y sus músicos interpretaron Albanta, que surgió luego de leer algunos versos de su hijo, y que dedicó a su amigo, el fallecido músico y trovador argentino Carlos Díaz Caíto.
Lo mejor aún estaba por venir. Tras abandonar por cuatro veces el escenario, quien asimismo es director de cine, interpretó Una de dos, Slowly y Sin tu latido, que fue coreada por el público que abarrotó el citado centro cultural.
Constantes cambios de luz daban la pauta para que el genio
de la interpretación compartiera con sus fans Giraluna y La Belleza.
Como los grandes, a capela, el trovador español se despidió de sus fans con Al alba, satisfaciendo así las emociones de su público, el cual se puso de pie y aplaudió enérgicamente.
No era para menos, pues Aute, quien se presentará el 15 de diciembre próximo en el Teatro Coliseo, en Argentina, ofreció, como lo prometió, un espectáculo íntimo y especial.