La Máquina entró en agonía, cayó 0-2 ante Pumas y complicó su pase a la liguilla, pues ahora deberá ganar su último partido ante los Leones Negros y esperar otros resultados. El equipo de la UNAM tampoco puede cantar victoria; no está en zona de clasificación, deberá cerrar con un triunfo y también depende de otros partidos.

Con una nota de insuficiente y en la espera de un milagro se encuentran ambos equipos tras 16 fechas. Los auriazules suman 21 puntos, mientras los celestes se rezagan con 20.

Colocados entre la espada y la pared, La Máquina y Pumas se olvidaron de sus mediocres campañas y la tarde de ayer no tuvieron otra opción que buscar con afán la meta contraria. Sin embargo, los Cementeros se vieron afectados por otro grave error arbitral que derivó en la anotación en contra que dio vida al tablero.

El estadio Azul no se llenó, el graderío estuvo ocupado 70 por ciento. Sin embargo, el ambiente pronto hizo ebullición por la rivalidad de los equipos. Ambas barras no hicieron caso al minuto de silencio que se pidió al inicio del partido en memoria de Hugo Sánchez Portugal, hijo del Pentapichichi.

Como suponían, la necesidad los hizo sacar lo mejor de su repertorio. La Máquina tocó numerosas veces la puerta del equipo de la UNAM, los envíos insistentes fueron lanzados por Mauro Formica, Marco Fabián, Mariano Pavone y Joao Rojas, aunque también quiso llegar con sorpresa el defensa de privilegiado toque Rogelio Chávez.

Los dirigidos por Guillermo Vázquez también acarreraron peligro. Ismael Sosa obligó a espectacular vuelo a Chuy Corona, mientras Eduardo Herrera también luchó por hacer daño. Al minuto siete Marco Palacios recibió su quinta tarjeta amarilla del torneo y se perderá la última fecha ante Monterrey.

En el 14 de acción Pumas avanzó a trompicones; en un trazo aéreo el balón salió del campo, por lo que Rogelio Chávez se desentendió de la jugada y hasta Corona intentó ir por la pelota para despejar. Sin embargo, nada se marcó, increíblemente los árbitros no vieron, Sosa sacó centro y Javier Cortés remató para imponer el 0-1.

El panorama se complicó para el equipo que comanda Luis Fernando Tena, ya que al minuto 20 Joao Rojas se dolió de la pierna derecha, todavía deambuló en la cancha antes de que Pablo Barrera entrara a suplirlo (24).

Los Cementeros se convirtieron en fieras al acecho, Pikolín II se debatió con valor para defender su marco, mientras el capitán Dario Verón hasta tres veces impidió la igualada. Formica, Barrera, Fabián y compañía se fueron con la frustración a cuestas hacia el vestidor, mientras la Sangre Azul entonó Ayotzinapa-Ayotzinapa y mostró una pancarta con la frase Fuerza Ayotzinapa. Justicia, en apoyo a las familias de los 43 normalistas desaparecidos.

El técnico Tena puso en la grama su fórmula habitual para el complemento. Sacó a Xavi Báez e ingresó a Christian Giménez, quien no hizo mucho caso al aliento de su público, tenía prisa por entrar en contacto con el esférico.

La desesperación comenzó a permear en las filas azules, no había calma en el tiro a gol, la rudeza afloró y el Flaco protestó una aparatosa falta de Sosa sobre Fabián, inconforme porque el rival sólo fue amonestado.

Para empeorar el horizonte, Pavone se hizo expulsar al minuto 59 tras aplicar un fuerte pisotón a Marco Palacios, quien tuvo que salir para recibir atención médica.

Al 68, luego de la entrada de Daniel Ludueña por Sosa, el cuadro del Pedregal realizó un contragolpe; Eduardo Herrera hizo gran trazo hacia Dante López quien se fugaba solitario, el paraguayo adelantó mucho el esférico y el portero Corona lo atrapó.

Al minuto 91 estalló el cántico de cómo no te voy a quereeeer..., después que Herrera aprovechó un excelente servicio de Ludueña, encaró a Corona y definió con fino toque que se incrustó abajo a la izquierda del guardameta.

Tena dijo que “lamentablemente no fue un buen día; Joao se lesionó muy temprano, el árbitro se equivocó en nuestra contra en el primer gol, luego tuvimos más tiempo la pelota, pero nos faltó atinar. Después con Chaco estuvimos encima, fue más complicado con la expulsión, pero hubo unas cuatro opciones atropelladas que no concretamos. Sí fue uno de esos días en que no sale nada”.

Remarcó que la falla arbitral “cambia todo el partido. Esto es un duro golpe, un fracaso, al quedar prácticamente eliminados sobre todo de mi parte… La idea era seguir jugando para estar en ritmo en el Mundial, pero es un equipo maduro, con experiencia y carácter”.

Guillermo Vázquez dijo que no sabía que Pumas tenía ya cuatro años sin ganar en el estadio Azul, pero destacó que el triunfo le da vida a la ilusión de avanzar a cuartos de final y adelantó que lo vamos a pelear hasta que termine el torneo y al final veremos para qué alcanza.

Admitió que el partido fue bien peleado, bien luchado por los suyos y ahora hay que pensar en cerrar de la mejor forma posible. Sí me ilusiona la liguilla, el equipo ha demostrado que tiene deseos puntualizó.

Memo no lamentó el predicamento en que quedó La Máquina, pues sabíamos que el que perdiera iba a quedar con pocas posibilidades.