Reconocido como uno de los arquitectos mexicanos más representativos de la corriente funcionalista, a un mes de cumplir 96 años de edad y más de 70 dedicados a esa disciplina, el maestro Reinaldo Pérez Rayón (DF, 1918) fue distinguido con la medalla Bellas Artes, que recibió la noche del lunes en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

En el acto, sus colegas Dolores Martínez Orralde y Alejandro Gaytán Cervantes encomiaron la amplia trayectoria y el enorme legado de Pérez Rayón, quien fue el artífice de la Unidad Profesional Adolfo López Mateos de Zacatenco, del Instituto Politécnico Nacional (IPN); el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) y el Planetario Luis Enrique Erro, entre otras obras, por las que se le conoce de manera afectuosa como el arquitecto del Politécnico.

María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), hizo entrega de la presea y destacó que la trayectoria de Pérez Rayón, alumno distinguido de Juan O’Gorman, “es fundamental en la construcción del México contemporáneo.

Desde su infancia, don Reinaldo soñó con construir casas, edificios y ciudades. Ingresó a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, donde al momento de proyectar su primera vivienda supo, como él mismo ha dicho, que a eso se dedicaría toda su vida.

Reinaldo Pérez Rayón “se hizo arquitecto en un México donde la enseñanza de la arquitectura moderna se mezcló con el espíritu social de la posrevolución, por ello su concepción del oficio y su pensamiento es un importante legado para las nuevas generaciones de arquitectos e ingenieros, cuando él mismo dice: ‘La funcionalidad corresponde a un sentido de utilidad, que atiende a las necesidades directas del hombre y su sociedad, a su comodidad, higiene, seguridad y a su bienestar en general, sin enfrentar el sentimiento con la razón y, menos aún, la belleza con la funcionalidad, ejemplo de ello es la Unidad Zacatenco del IPN’”.

A un mes de cumplir 96 años, Reinaldo Pérez Rayón (con su diploma, durante el acto efectuado en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes), fue reconocido por sus amplios aportes a la arquitectura nacional. “La funcionalidad –sostiene el galardonado– corresponde a un sentido de utilidad, que atiende a las necesidades directas del hombre y su sociedad, a su comodidad, higiene, seguridad y a su bienestar en general, sin enfrentar el sentimiento con la razón y, menos aún, la belleza con la funcionalidad”Foto Jesús Villaseca

En su momento, los arquitectos Martínez Orralde y Gaytán Cervantes se refirieron al pensamiento y las diversas obras desarrolladas por el maestro Pérez Rayón, en el ámbito de la vivienda, la industria, así como escuelas y hospitales, entre otros proyectos arquitectónicos, que reflejan su compromiso social con las necesidades de la mayoría de la población, así como su talento, constancia, entrega y pasión.

Reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de tecnología y diseño, en 1976, y nombrado creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte, Pérez Rayón es uno de los arquitectos que siempre ha insistido en que en México se hagan las cosas con el producto de nuestra propia industria, dijo Gaytán Cervantes, presidente de la Sociedad Mexicana de Arquitectos Especializados en Salud.

Conceptos como racionalidad, funcionalidad y elasticidad cobran verdadera dimensión en cada una de las obras de Reinaldo Pérez Rayón, entre cuyas propuestas, explicó Gaytán, se encuentra el máximo de eficiencia por mínimo de esfuerzo, entendida como una inversión adecuada de recursos tanto humanos como físicos.

“En estos momentos en que nuestro país atraviesa por situaciones tan críticas en todos los ámbitos –añadió Gaytán–, creemos que una de las formas de iniciar la salida de esa crisis es con la participación honesta y comprometida en el trabajo de cada integrante de nuestra sociedad, cada uno desde su trinchera.

Por eso en el campo de la arquitectura es de gran trascendencia la obra del arquitecto Reinaldo Pérez Rayón, porque hoy es necesario continuar con el desarrollo de una arquitectura consciente y rigurosa, cuya meta sea satisfacer la necesidades de los grupos mayoritarios de la población y que ello igual permita el fortalecimiento de una industria nacional, concluyó Gaytán.