Martes 4 de noviembre de 2014, p. 20
Estambul.
Al menos 24 emigrantes clandestinos murieron ahogados este lunes al naufragar su embarcación en la confluencia del estrecho del Bósforo y del mar Negro, cerca de Estambul, informaron las autoridades.
Indicaron que seis de los 43 pasajeros de este barco, que llevaba a emigrantes de nacionalidad afgana, siria y turca a Rumanía, fueron rescatados con vida por los guardacostas turcos y 13 seguían en la lista de desaparecidos. La búsqueda seguía este lunes al terminar la tarde para tratar de encontrar a decenas de personas desaparecidas. Un balance anterior de los guardacostas indicaba 21 ahogados.
Los emigrantes, entre los que había numerosas mujeres y niños, habían llegado a pagar hasta 7 mil euros por persona por realizar el trayecto, según la televisión NTV.
Los medios de comunicación turcos señalaron que unas 40 personas habían embarcado al sur de Estambul, en el Mar de Mármara, en este barco, que luego subió por el Estrecho del Bósforo hacia el Mar Negro, donde naufragó cerca de la localidad de Rumeli Fener.
A bordo había 12 niños y siete mujeres, según las mismas fuentes.
Los equipos de salvamento, que habían sido alertados por los pescadores, llegaron cuando la nave estaba prácticamente hundida, afirmó la agencia de prensa turca Anatolia.
La causa del naufragio no fue aclarada inmediatamente, si bien algunos medios apuntaron a un problema de sobrecarga, malas condiciones meteorológicas o incluso una colisión con otra nave. Según Anatolia, los investigadores creían que podría deberse a filtraciones en el barco.
Había muchos niños a bordo. El viento ha perjudicado las labores de rescate. El barco era muy pequeño, insuficiente para llevar a 40 personas
, explicó Ali Saruhan, capitán de salvamento marítimo, a la CNN turca.
Turquía es una ruta importante para la emigración clandestina de Asia y África hacia Europa, pero el viaje es extremadamente peligroso y cientos de emigrantes han muerto ahogados en los últimos años en las aguas del Mediterráneo.
La guerra en Siria hizo que aumentase el número de emigrantes que parten desde Turquía para tratar de entrar en la Unión Europea, en su mayoría a través del Mar Mediterráneo hacia Grecia, que se vio obligada a reforzar sus patrullas marítimas.
El accidente se produjo en un momento en que la Unión Europea (UE) debate sobre si es aconsejable continuar con las operaciones de salvamento, por considerar que pueden alentar este tipo de viajes.
El nuevo comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, consideró este lunes que es imperativo mejorar la cooperación con los países que sirven de punto de salida a los migrantes que tratan de llegar a los Estados de la UE
. Países como el Reino Unido han anunciado que ya no contribuirán financieramente a este tipo de iniciativas, mientras que Italia anunció el viernes el fin de su operación Mare Nostrum, que ha salvado la vida de decenas de miles de emigrantes en el Mediterráneo.