Domingo 2 de noviembre de 2014, p. 29
Médicos cardiólogos consultados por este diario coincidieron en que un procedimiento de ablación, como el que se le practicó al jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, y que termina en operación a corazón abierto, es producto de una complicación en el proceso, más que de un problema cardiaco mayor.
Explicaron que la rápida recuperación que muestra se debe a que no tiene un problema más grave.
Comentaron que una perforación accidental durante el procedimiento puede cerrarse sin necesidad de abrir, salvo –como pudo haber ocurrido en este caso– cuando ésta se produce en el ventrículo.
Explicaron que la ablación es un procedimiento que consiste en insertar un catéter de alta frecuencia por alguno de los vasos sanguíneos hasta el corazón para socavar el área que provoca el trastorno de la frecuencia cardiaca.
Los especialistas precisaron que la ablación se practica cuando no se logra controlar el problema con medicamentos y es un procedimiento en el que no suele haber complicaciones, pero en este caso se le pudo haber hecho al jefe de Gobierno una perforación accidental con el catéter, por lo que fue necesario atender la situación con cirugía a corazón abierto.