Más de una centena de intelectuales y artistas de diversas nacionalidades residentes en París, así como de México, exigieron al gobierno nacional castigar de manera ejemplar a los ejecutantes de los crímenes perpetrados en Guerrero contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

Sobre todo a los comanditarios, por alto que se encuentren en la jerarquía del Estado, civil o militar, demanda ese grupo heterogéneo en una misiva abierta remitida a La Jornada.

El documento contiene 54 firmas de adhesión en la capital francesa, entre ellas la de los escritores Vilma Fuentes y Jacques Bellefroid, de México y Francia, de forma respectiva.

De la comunidad intelectual y artística de nuestro país, se sumaron 47, entre ellos los pintores Carmen Parra, Emiliano Gironella, Francisco Castro y Emilio Payán; los escritores María Luisa La China Mendoza, Homero Aridjis, Guadalupe Loaeza, Eugenio Aguirre, Guadalupe Rivera Marín y Felipe Garrido, así como las actrices Pilar y Ariane Pellicer.

La misiva expresa que la barbarie de esos crímenes ha desencadenado miedo e indignación entre las poblaciones de los lugares donde se cometieron esos abominables asesinatos, pero también entre quienes se manifiestan en las calles a lo largo y ancho del país.

Miedo de un futuro que arrasaría con el orden actual, perdidas las esperanzas, se agrega, para luego advertir que la falta de respuesta transformaría miedo e indignación en violencia y revuelta popular.

Ante ese panorama, señalan los firmantes, corresponde a la cumbre del poder dar cuanto antes una solución satisfactoria. Ya no se trata sólo de la deleznable imagen de México en el extranjero, sino de mantener el precario equilibrio que vive el país sumido en la violencia cotidiana de narcotraficantes, crimen organizado y la complicidad y corrupción de los cuerpos del Estado.

Consideran que basta una chispa para encender el polvorín. La advertencia es clara, y agregan que la falta de respuesta implica complicidad de la cumbre del poder. De allí el interés en el juicio y castigo de ejecutantes y comanditarios. Los primeros en pagar las consecuencias de un levantamiento serían quienes pretenden todavía representar al pueblo. La violencia desencadena violencia. Y la de un pueblo siempre será más fuerte que la de cualquier cuerpo represivo, se afirma en la carta.

Urge una respuesta, sobre todo a usted mismo, señor jefe del Ejecutivo, si no quiere ser barrido por el viento de la revuelta.

Otras de las firmas que respaldan la misiva son las de Adrián Barrera, pintor; Ariel García, escritor; Claudia Gómez Haro, directora académica de Casa Lamm; Denise Dresser, periodista; Clóvis Brigagao, politólogo brasileño; Humberto Fernández Borja, director de Conservación Humana; Irma Palacios, pintora; José Antonio Morales, director de teatro, y José Kuri, fotógrafo.

Asimismo, Luz María Rojas, productora de cine; Margarita de Orellana, directora general de Artes de México; Margarita Valdez, filósofa; Mónica Cuevas, historiadora; Mónica del Villar, socióloga; Nuri Pie, sicóloga; Patricia Ortiz Monasterio, galerista; Rosa Blanes, bailarina y coreógrafa; Tania Huerta, historiadora; Teresa Peyret, diseñadora, y Ximena Cuevas, videocineasta.