Andrea Básef presenta disco en el Lunario
Hoy cualquier canción se jazzea; eso aburre
Miércoles 22 de octubre de 2014, p. a11
Oír a Andrea Básef es moverse al pasado, a sitios lejanos donde el jazz suena a madera, huele a cigarro y a whisky, con notas de instrumentos de viento, de bajos punzantes y pianos que no son de cola, pero también es quedarse en el presente con boleros que no caen en el exceso de la síncopa para hacer creer que son jazz puro; es fusión de sentimientos, que hoy concretará en concierto en el Lunario del Auditorio Nacional.
Presentará la edición especial de su álbum Deseo del tiempo, que contiene cinco temas inéditos, dos de ellos en vivo.
Básef es defeña y joven; sus maestros han sido Magos Herrera, James Demster, Luisa Versokova, Verónica Murúa y Arturo Rodríguez. Su cedé fue producido por ella, en colaboración con el pianista Alex Mercado y con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y de Armando Manzanero. El bolero es romanticismo y nostalgia, y el jazz da su toque melódico. Deambula entre las creaciones de Agustín Lara, Vicente Garrido, María Greever, Consuelo Velázquez, José Alfredo Jiménez y Manzanero.
En entrevista, Básef expresó que presentar su primer disco en el Lunario “representa un acierto y un motivo para festejar, y al mismo tiempo es una responsabilidad. Todos los cantantes buscamos que nos escuchen.
El jazz y el bolero, desde que yo me acuerdo, siempre me han gustado. En mi casa se escuchaban. Yo quería cantar los dos y no me decidía por uno. Encontré que los boleros y sus intenciones son perfectos para ponerlas en jazz, lo cual permite darles la vuelta. Pienso que de ese tipo de fusión se ha abusado. Se agarra cualquier canción y se jazzea, pero eso en sí es un abuso y se vuelve aburrido. En mi caso, lo que proyectamos fue rehacer completamente las canciones y los arreglos están elaborados partiendo de las letras. Obedecen a la emoción y al mensaje que quiero transmitir. Este es un punto importante que hace la diferencia.
Hay casos, precisó, que no pueden considerarse engaños, sino falta de información. Pareciera que una cosa que no tiene nombre se le pone jazz. Se cuelan varios estilos dentro del jazz. En el jazz debe haber solos. Esto es a fuerza y le da vida a todo, movimiento a todo. Lo que ocurre es que a cierta gente le dan miedo los solos, porque no los entiende o cree que el público se va a aburrir. Eso es obedecer a ideas falsas. Con los músicos con los que trabajo la gente se vuelve loca, porque son maravillosos, y cada concierto y canción son diferentes. La música está viva todo el tiempo.
Aceptó que el jazz está más cerca de lo que la mayoría de la gente cree, pues se escucha, por ejemplo, en las caricaturas. Hay estigmas que se van poniendo a las cosas, como esa idea de considerar que el jazz es algo lejano. Muchas veces los que supuestamente son especialistas o escriben sobre jazz son los que más trabas le ponen, al definirlo como algo de élite, para gente más culta
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La cita es hoy a las 21 horas. En la compra del boleto se incluye el disco, que se podrá recoger al entrar al foro.