El realizador israelí ofreció una plática en el Festival Internacional de Cine de Morelia
No me siento tentado a cruzar el Atlántico para grabar una cinta, a menos que tenga la libertad para hacer algo; si no, no me gustaría, expresó el cineasta, que ha explorado la historia de Medio Oriente
Miércoles 22 de octubre de 2014, p. 9
Morelia, Mich., 21 de octubre.
Ayer dentro de las actividades del 12 Festival Internacional de Cine de Morelia, el cineasta Amos Gitai abordó el proyecto Hablando con dioses, la película coral ideada por Guillermo Arriaga y donde él es uno de los directores invitados: Me llamó para invitarme y le dije que no estaba interesado, porque no soy creyente, pero no estaba del todo convencido, así que le dije que me hablara al otro día. Me habló y le dije que quisiera hacer algo de Amos, el primer profeta hebreo, que es el nombre que mi padre eligió para mí
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El célebre realizador israelí, cuya obra incluye más de 80 títulos creados a lo largo de 43 años, así como numerosos reconocimientos y retrospectivas en los museos y festivales más importantes a escala internacional, confesó que en la charla rememoró que alguien le dijo que le recordaba a John Huston; él preguntó que de qué forma: “no tuvo muchos éxitos comerciales, pero a la gente le encantaba producirle su siguiente película... Esto fue cuando grabé unas secuencias en Estados Unidos para mi película Edén, pero no me siento tentado a cruzar el Atlántico para grabar una cinta, a menos que tuviera la libertad para hacer algo; si no, no me gustaría”
Se le preguntó si le tomaba mucho tiempo pensar la forma en que le gusta hacer las cosas. Respondió: “Cuando era joven mis amigos me decían ‘por qué tienes la cabeza tan dura; haz unos proyectos comerciales. Ganas dinero y después haces lo que quieras’. Les respondí que por qué no podía ser al revés: déjame empezar lo que yo amo hacer, lo que yo quiero hacer, lo que siento que es necesario hacer, y esperemos que en algún momento venga la decadencia cinematográfica de ser determinado, exigente conmigo mismo, así como de la gente con la que trabajas, y después hablamos”.
Amos Gitai (1950) pertenece a la primera generación de niños nacidos tras la creación del Estado de Israel. Formado como arquitecto, emprendió desde pequeño una búsqueda de nuevos métodos estéticos que han impreso el sello particular estilístico y temático de su obra.
El trabajo de Amos Gitai se distingue por la utilización de largos planos-secuencia con miras a crear efectos sensoriales; la exploración de la historia de Medio Oriente a través de temas como la patria, el exilio, la religión, el control social y la utopía, y por sus complejas estructuras dramáticas, como la división asimétrica de Berlín-Jerusalén (1989), el montaje espacial en Alila (2003) y las abruptas rupturas narrativas de Disengagement (2007).
Sobre este tema, sus películas, que a menudo son él, Gitai, su proceso mental, la conexión emocional, sus filiaciones e historia familiar, dijo: De alguna manera sí soy el sujeto de mis películas. Son mi diario abierto; cada una de mis cintas es un capítulo de mi vida... Nunca han resultado problema; cuando esto comienza a pasar con algún proyecto, lo tiro a la basura
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Amos Gitai adelantó que su siguiente proyecto será sobre una cruenta matanza ocurrida principios de los años 90, una enorme tragedia, pero no me gusta abundar sobre mi próximo trabajo; rara vez hablo de proyectos a futuro, sólo hasta que se consolidan
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