En relación con la nota publicada sobre la sanción impuesta por la Secretaría de la Función Pública a Marina Stavenhagen, que determinó su inhabilitación por 10 años para ocupar cargos público y una multa de 14 millones 754 mil 975 pesos, la ex directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) precisa a La Jornada, mediante una carta de siete puntos que “se trata de una resolución del Órgano Interno de Control (OIC) del Imcine sobre una presunta ‘negligencia administrativa’, ocurrida en el primer año de mi gestión al frente de esa institución cultural (que fue de enero de 2007 a enero de 2013)”.

En el punto dos de la misiva la ex funcionaria menciona: El OIC esperó hasta el 27 de noviembre de 2012 (pocos días antes del cambio de administración, aunque aún la titular del Conaculta era Consuelo Sáizar) para notificarme que se abría en ese momento un procedimiento administrativo de responsabilidades en mi contra por tal situación, después de que a lo largo de varios años de trabajo conjunto tuvimos oportunidad de hablar y aclarar debidamente el caso.

En el tercer punto, Stavenhagen indica: A partir de ese momento, el asunto ha estado en manos de mis abogados. Se ha presentado toda la documentación requerida en tiempo y forma, esperando una resolución que sale después de casi 23 meses, y que establece de manera sorpresiva una sanción por demás injusta.

La también guionista agrega en el punto cuatro: Lo que sigue es una demanda ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, entidad independiente e imparcial ante la que dirimiremos conforme a derecho nuestras diferencias con la autoridad fiscalizadora.

Confió en que las cosas se aclaren en su debido momento ante la autoridad correspondiente y se haga justicia frente a la difamación y denostación de que son objeto mi trabajo y mi persona.

No he actuado a espaldas de la ley

En el siguiente agrega: Aprovecho para dejar aquí establecido que no tengo nada que ocultar, que no he actuado jamás a espaldas de la ley, que no hay ningún daño patrimonial a la institución, ni obtuve jamás algún beneficio personal de mis años de gestión al frente del Imcine.

Finalmente, Marina Stavenhagen precisa: “Soy cineasta, con una trayectoria de 25 años de labor en el cine de este país, y me enorgullece pertenecer a un gremio que ha luchado por conquistar y defender más y mejores espacios y condiciones de creación y de trabajo. Un gremio que levanta la voz y no se deja amenazar por la exigua y rígida visión de quienes pretenden acallar el pensamiento crítico y la inteligencia colectiva”.