La Jornada realiza sondeo hemerográfico sobre el relevo
ONG exigen que no sea ratificado e incluso se le someta a juicio político
Domingo 12 de octubre de 2014, p. 15
El proceso legislativo mediante el cual se definirá si Raúl Plascencia Villanueva es relegido presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para un nuevo periodo de cinco años, ha sido el más polémico de la historia de dicho organismo debido a que ningún otro ombudsman ha sido tan impugnado y cuestionado al buscar su ratificación.
De acuerdo con un sondeo hemerográfico realizado por La Jornada, ninguno de los anteriores relevos generó tantas críticas y peticiones directas y públicas de organizaciones de la sociedad civil para que su titular no ocupe nuevamente el cargo o para que sea removido de éste.
El primer presidente de la CNDH –creada en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari– fue Jorge Carpizo McGregor, del 6 de junio de 1990 al 4 de enero de 1993. Su sucesor fue Jorge Madrazo, quien ocupó el puesto en forma interina del 5 al 13 de enero de 1993 y luego de manera oficial del 14 de enero de ese año al 26 de noviembre de 1996.
Madrazo se ausentó del cargo de junio a diciembre de 1994, cuando se desempeñó como comisionado para la paz y la reconciliación en Chiapas, a causa del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En ese lapso, su puesto fue ocupado de forma interina por Carlos Rodríguez.
Al terminar la gestión de Madrazo, nuevamente hubo un ombudsman interino: José Luis Ramos Rivera, quien estuvo en el puesto del 27 de noviembre de 1996 al 7 de enero de 1997. La siguiente titular oficial de la CNDH fue Mireille Roccatti, del 8 de enero de 1997 al 13 de noviembre de 1999.
Después llegó José Luis Soberanes, el único que ha sido ratificado en el cargo. Se desempeñó por dos periodos de cinco años: del 16 de noviembre de 1999 al 15 de noviembre de 2009.
Raúl Plascencia está en el cargo desde el 16 de noviembre de 2009 y su mandato concluirá el 15 de noviembre, con posibilidad de ser ratificado por cinco años más.
Aunque otros presidentes de la CNDH fueron criticados en su momento, como Soberanes por su actuación en el caso de la indígena Ernestina Ascencio Rosario (cuya causa de muerte habría sido una violación tumultuaria por parte de soldados), o Roccatti por su supuesta actitud blanda
ante el Ejército –de acuerdo con algunas organizaciones civiles–, Plascencia ha sido el más objetado.
En el periodo en que terminaron sus encargos, no hay registros de que los anteriores titulares hayan recibido tal cantidad de impugnaciones como Plascencia, al punto de que prácticamente todos los colectivos independientes de derechos humanos han exigido que no repita en el cargo e incluso solicitan juicio político en su contra.
Algunos de los señalamientos contra el abogado bajacaliforniano son que bajo su mando la CNDH no ha defendido los intereses de las víctimas, ha sido omiso en diversos casos de interés nacional, sus recomendaciones han sido tardías e incompletas e incluso que ha dejado de utilizar su facultad de interponer acciones de inconstitucionalidad cuando el caso lo amerita.