Frankfurt, 10 de octubre.

Ninguna autoridad de la Feria del Libro de Frankfurt se atrevió a confirmar o desmentir si Francia desplazó a México como invitado de honor en 2017. De momento no hay ninguna declaración oficial de nuestra parte. No hemos firmado aún ningún acuerdo y haremos declaraciones hasta que estén firmados, dijo a La Jornada Katja Böhne, portavoz del encuentro editorial.

No hay ninguna confirmación ni con Francia ni con nosotros y no la habrá hasta el 3 de diciembre cuando se vuelva a reunir el consejo directivo de la feria. No se puede decir de manera rotunda todavía que Francia arrebató a México el lugar de invitado especial en 2017, afirmó José Ignacio Echeverría, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).

Estamos con este proyecto desde hace más de dos años y había otros competidores que declinaron, como Canadá. Pensamos que ya estaba todo más encarrilado hasta que apareció la conexión francesa. El titular de la Caniem destacó que México ya hizo todo el trabajo, incluso la concertación entre los sectores público y privado y las instituciones académicas. Sin embargo, queremos una competencia leal y no que nos digan: como Francia no quiso, entonces van ustedes. Queremos ganar compitiendo y no porque otros se retiren.

México en Londres 2015

México fue país invitado de honor en 1992, cuando el Nobel de Literatura, Octavio Paz, inauguró la edición 44 del máximo encuentro editorial cuyas raíces se remontan a la invención de la imprenta por Gutenberg. Nosotros logramos manejar nuestro presupuesto, incluyendo el de Londres, con cantidades mucho menores y con una presencia de muchísimas personas, señaló Echeverría. Añadió que la llegada de México a la Feria del Libro de Londres, del 14 al 16 de abril del próximo año, costará 2 millones de euros. La presencia como invitado de honor es costosa, pero tiene una serie de ventajas; le da mucha visibilidad a la industria y al país. Son intangibles que cuesta trabajo medir, pero revierten enormes beneficios.

Echeverría reconoció el apoyo del Estado mexicano a la industria editorial, por conducto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Sin embargo, dijo que es necesario definir políticas públicas de largo plazo. México ocupa el segundo puesto, después de España, en volumen de ediciones, pero persiste una diferencia abismal. España publica 24 libros al año por persona; en México, unos tres.

Julio Trujillo, director editorial del Conaculta, aseguró que se trata de un gran momento de industria editorial mexicana. No sólo por el declive de la industria editorial española, sino porque la mexicana es cada vez más profesional. En Londres México desembarcará con un programa que reúne 20 editoriales y 10 autores. Es difícil de creer, pero son muy pocos los escritores mexicanos que tienen contratos en editoriales inglesas y estadunidenses para ser traducidos y publicados. Tenemos escritores de extraordinaria calidad y muchos. Se trata de colocar a la industria en el mercado angloparlante en el mejor momento, que es ahora.

Medios alemanes ventilaron el desaire francés a una supuesta invitación de la Feria del Libro de Frankfurt, que permaneció sin respuesta durante más de un año, motivo por el cual la Buchmesse declinó participar en el Salón del Libro en París en 2015. Los alemanes eligieron, en vez de ello, ir al Festival Internacional de la Historieta en Angulema.

Fue el primer ministro francés, François Fillon, quien aclaró el asunto durante una visita en Berlín, el lunes pasado. Francia acepta con entusiasmo la invitación a volver a la Feria del Libro de Frankfurt como invitado de honor.

Poco antes, Frankfurt, según medios alemanes, reiteró la invitación a Francia a participar como invitado en 2019 o en un momento posterior. Sin embargo, según el diario parisino Le Nouvel Observateur, Fillon adelantó la fecha para poner fin a las dudas que hacían daño a la industria cultural gala. La presencia de Francia en la Feria del Libro de Frankfurt en 2017 es muy importante, según declaró.

El costo estimado entre seis y ocho millones de euros fue la causa, según el diario, del largo silencio de París. La ocasión anterior que Francia ocupó el pabellón de invitado fue en 1989.