l voto anticipado en un país como Estados Unidos es una costumbre que tiene un significado especial, ya que, a diferencia de México, donde las elecciones se llevan a cabo en un día no laboral, en la vecina nación se celebran en un día habitual de trabajo. El voto anticipado evita que los electores tengan que faltar a sus labores o deban formar largas filas para emitirlo.
El problema es que una vez más la Suprema Corte de Estados Unidos, o para ser más exactos los cinco miembros conservadores de esa institución, emitieron una decisión que determina un importante sesgo en el sistema electoral. En esta ocasión, a solicitud del gobierno conservador del estado de Ohio, decidieron limitar el periodo para votar en forma anticipada, como ha sido costumbre en ese y otros estados. Esto afectará principalmente las zonas donde el acceso a las casillas de votación es más difícil. En esos lugares viven mayoritariamente afroestadunidenses e hispanos que tradicionalmente favorecen con su sufragio al Partido Demócrata.
Con esta resolución, la Corte abre paso para que en otros estados se implementen medidas similares. Por lo pronto, Wisconsin y Carolina del Norte han manifestado seguir ese ejemplo. Cabe recordar que, con algunas excepciones, a diferencia de México, en Estados Unidos las normas electorales las determina cada estado.
Es opinión general que la Suprema Corte de ese país actúa cada vez más como instrumento político y no como la institución responsable de interpretar la Constitución. En los últimos años las decisiones de los miembros de la Corte han estado matizadas cada vez con mayor claridad por la ideología del presidente que los nombró. De los nueve miembros que la integran actualmente, cinco fueron designados por mandatarios republicanos y cuatro por demócratas. El resultado es que en los últimos años sus decisiones han tenido un claro matiz conservador.
En caso de que alguno de los miembros de la Corte decida retirarse en el futuro próximo, correspondería al presidente Obama nombrar a su sustituto. De acuerdo con la Constitución, el Senado la ratificará o rechazará. Por ello, una de las cuestiones más relevantes que están en juego en las próximas elecciones es cómo quedará conformado el Senado. Por ahora hay una mayoría demócrata, pero si, como apuntan las encuestas, los candidatos republicanos ganan la mayoría, tocaría a ellos aprobar o rechazar dicha designación. Dada su oposición sistemática a toda iniciativa del presidente, es previsible que veten cualquier nominación que provenga de él y hagan lo posible por imponer en la Corte un magistrado acorde con su ideología.
Esa es sólo una de las consecuencias de lo que puede suceder en noviembre próximo. Hay otras igualmente importantes, como la posibilidad de que se derogue la reforma de salud que ha beneficiado a millones de personas o que se posponga aún más una reforma migratoria que beneficie a los hispanos.
De esos escenarios habrá que dar cuenta en próximos artículos.