En tres años de vigilancia no ha resurgido en Oaxaca ni Chiapas
Martes 30 de septiembre de 2014, p. 37
Durante años las personas creyeron que lo normal
era quedarse ciego. Eso le pasó a muchos adultos, hasta que supieron que la llamada ceguera de los ríos
es una enfermedad que pueden curar antes de que les dañe la vista.
La oncocercosis, afección de tipo parasitario, se reporta en las zonas de selva tropical, en México en tres lugares de Chiapas y Oaxaca, donde corren ríos de corriente rápida. Ahí se reproduce la mosca negra, que con su picadura disemina la infección entre los seres humanos.
A escala mundial existen alrededor de 18 millones de personas infectadas, de las cuales unas 27 mil están ciegas a causa de la oncocercosis. En América Latina han existido 12 focos de infección en seis países. Hasta ahora sólo Colombia y Ecuador han logrado erradicar el mal.
En México está vigente un programa de salud desde el año 2001, cuando se logró que 85 por ciento de las personas portadoras de la enfermedad recibiera el medicamento que las curaría.
En los focos de infección de Oaxaca y el norte de Chiapas se considera que la oncocercosis ha sido eliminada, pues ya pasó el periodo de tres años de vigilancia epidemiológica postratamiento. La enfermedad no resurgió.
En el tercer foco, ubicado en el sur de Chiapas, la transmisión de la ceguera de los ríos se interrumpió en 2011, por lo que el próximo año, el país podría solicitar la declaratoria de erradicación al Programa para la Eliminación de la Oncocercosis en las Américas (OEPA) iniciativa lanzada en 1991 por la Organización Panamericana de la Salud.
Un solo medicamento ha hecho posible avanzar en el control de la oncocercosis, la sustancia ivermectina, producida por el laboratorio farmacéutico Merck Sharp and Dohme (MSD). Un factor determinante ha sido la decisión de la empresa de donar los tratamientos para todos los enfermos y por el tiempo que fuera necesario para terminar con el padecimiento.
En 1987 se puso en marcha la estrategia internacional y en México, a partir de 2001 con una cobertura de 85 por ciento de la población afectada. Información del laboratorio señala que durante los pasados 25 años ha donado a nuestro país más de 13 millones de unidades del producto.
A escala global, la donación asciende a más de mil millones de tratamientos para más de 117 mil comunidades en 28 países de Africa, seis de América Latina y Yemen.
La oncocercosis es producida por un gusano conocido como Onchocerca volvulus. Este se transmite de persona a persona por la picadura de la mosca negra, también identificada como jejenes o alazanes. Cuando el insecto se alimenta de sangre humana, ingiere, al mismo tiempo, gusanitos pequeños (microfilarias). Ya dentro de la mosca, las microfilarias evolucionan hasta ser larvas infectivas, las cuales pueden ser inoculadas en otros individuos cuando el insecto vuelve a buscar alimento, señala información de OEPA.
Las personas infectadas pueden presentar comezón en la piel, sarpullido o hinchazones y en la edad adulta se genera una reacción para formar nódulos donde los gusanos viven y se reproducen. Las microfilarias se diseminan en el organismo y con el transcurso del tiempo se producen manifestaciones severas. La más grave es la invasión del ojo y la pérdida definitiva de la visión. En México, según datos de MSD, ya no hay personas ciegas.