Es positivo transformar el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en un órgano desconcentrado, pero tal cambio debe ir acompañado de un marco legal que reconozca a niños y niñas como ciudadanos de pleno derecho, y que establezca un mecanismo de coordinación en el cual la sociedad tenga voz y voto, comentó Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

Idicó que no está mal que se fortalezca y desconcentre el DIF; es positivo darle una identidad y lógica distintas, cuya propuesta la hicieron hace tiempo agrupaciones civiles dedicadas a promover las garantías de la infancia.

En cuanto a la iniciativa presidencial por la que se crea la ley para proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes, celebró que los senadores no hayan aceptado el proyecto de mala calidad enviado por el Ejecutivo y lo estén corrigiendo”. Destacó que lo que algunos legisladores les han informado suena bien, en el sentido de crear un mecanismo de coordinación de alto nivel, presidido por el presidente de la República y acompañado de la creación de un secretariado técnico en la Secretaría de Gobernación con estructuras y recursos para dar seguimiento a decisiones de política pública.

Expuso que lo que “preocupa es que, aunque se mencionan, no se crean mecanismos de participación infantil transversales y de escucha de la voz de los niños.