Al minuto seis cobra con calma una pena máxima y luego da pase para otra anotación
Guadalajara jugó con 10 elementos casi todo el encuentro por la justa expulsión de Salcido
Lunes 22 de septiembre de 2014, p. 3
Guadalajara, 21 de septiembre.
La magia de Ronaldinho Gaúcho afloró en la Liga MX, ya que no sólo provocó el casi lleno en el estadio Omnilife, sino que el crack brasileño –quien salió entre aplausos al minuto 71– comandó la goliza 1-4 a domicilio de los Gallos Blancos sobre las alicaídas Chiva, al acertar un penal y dar un servicio para gol, en partido que cerró el telón de la fecha 9.
Apenas corría el minuto cuatro cuando Camilo Sanvezzo recibió un pase bombeado, recibió el balón al entrar al área y encaró al portero Antonio Rodríguez, quien salió sin poder detener el balón, justo en su portería Carlos Salcido se lanzó como portero y con el pecho y la mano desvió el esférico, por lo que de inmediato el silbante Luis Enrique Santander decretó la pena máxima y expulsó al defensa.
Ronaldinho se dirigió al manchón para cobrar al minuto 6 la pena máxima, tocó con la parte interna del pie derecho y encajó el balón hacia la derecha, mientras que Rodríguez se lanzó al lado contrario.
Con el marcador en su favor, los Gallos Blancos se sintieron cómodos, tomaron el control y merodearon el marco de los rojiblancos que se veían desconcertados, peor aún, cuando el atacante Aldo de Nigris se dolió del muslo derecho y pidió su cambio. El jugador regio salió abucheado y dejó su sitio a Carlos Fierro.
Al minuto 25 por fin el Guadalajara tejió una buena jugada. Édgar Solís avanzó por la izquierda y retrasó hacia Ángel Reyna, quien sirvió para Fierro que estaba en posición adelantada. Antes de irse al descanso Chivas tuvo otra aproximación, cuando Fierro rebasó a Yasser Corona y disparó, pero el portero Édgar Hernández alcanzó a rechazar.
En el complemento, Ángel Reyna, uno de los consentidos de la afición tapatía, dio pase a Omar Bravo, quien desde la media luna sacó un tiro que se fue por encima de la meta queretana. Las Chivas parecían dispuestas a no dejarse humillar y jugaron con más ímpetu, al grado de que al minuto 51, con afán de ganar el esférico, Fernando Arce encajó los tachones sobre la pierna izquierda de Sinha y se ganó cartón amarillo.
Pronto los Gallos Blancos sofocaron las ansias del Rebaño, acapararon el balón y lo rotaron con alegría. Ronaldinho, con su excelente visión del juego cedió para Da Silva, éste para Sanvezzo, quien tiró ante el atento Toño Rodríguez, quien atajó con las piernas.
Fernando Arce tuvo una buena oportunidad para los de casa al minuto 65 de acción, momento en que pudo lucir con un tiro directo, pero al veterano jugador le falló el tino por muy poco, ya que el esférico se fue ligeramente por encima del travesaño.
Al minuto 69 los Gallos marcaron el segundo tanto. Dinho aprovechó que nadie lo marcaba y de nuevo mostró su clase con un pase raso y filtrado hacia Sanvezzo, quien definió a la izquierda del guardameta Rodríguez. Los queretanos festejaron alegres con un abrazo en team back, enseguida Ronaldinho quiso aprovechar otra opción y envió un disparo pegado al poste izquierdo, pero Rodríguez llegó a tiempo para atrapar el balón.
El factor Dinho
La defensa tapatía bajó la guardia y la fiesta fue total para los visitantes después de la anotación del también brasileño William da Silva, quien al minuto 75 recibió pase estando fuera del área, nadie lo perturbó cuando se animó a tirar con potencia, y a pesar de que Rodríguez se lanzó bien, el balón botó y se le escurrió hasta el fondo para establecer el categórico 0-3.
Un par de minutos después, entre aplausos de propios y extraños, salió de la cancha Ronaldinho, su lugar lo ocupó Othoniel Arce. Y cuando parecía que todo estaba sentenciado, el Guadalajara hizo el tanto del honor por conducto de Emmanuel Giovani Hernández.
Emmanuel cobró un tiro directo perfilado hacia el poste derecho, el portero Hernández saltó con las manos flojas, la pelota chocó con los guantes, pegó en el travesaño y entró para el 1-3. Las Chivas se reanimaron, pero sólo por algunos minutos, porque sus ofensivas se estrellaron ante una bien plantada defensa de Gallos.
Cuando tuvo el esférico, el equipo queretano salió al ataque parsimonioso, lento, parecía que estaba saciado con el marcador favorable; sin embargo, en tiempo de compensación sorprendió con la cuarta anotación. Othoniel Arce aprovechó el desánimo total en las filas rojiblancas y desde fuera del área disparó para clavar el cuarto tanto: un tiro pegado al poste izquierdo que selló la goliza.