Presidente del Senado por los próximos 12 meses, el perredista Miguel Barbosa Huerta afirmó que actuará siempre de forma institucional y eso no significa aplaudir las acciones del Ejecutivo y mucho menos someterse al gobierno de Enrique Peña Nieto, pero tampoco incurrir en descortesías parlamentarias.

Insistió en que la postura institucional no es la suma ni el aplauso, y sostuvo que mantendrá una posición crítica –como hizo durante la discusión de la reforma energética– en todos los temas que lesionen a los mexicanos, con la claridad de que desempeña dos tareas distintas: una, como coordinador de la bancada del PRD, y otra, como presidente de la mesa directiva del Senado, y no puede contaminar esta última con posturas partidistas.

Destacó que no utilizará su posición como presidente del Senado para la promoción de su grupo parlamentario ni del PRD. Siempre hablaré en nombre de los 128 senadores.

En entrevista con La Jornada, aseguró que haber logrado esa posición nada tiene que ver con acuerdos que la dirección del PRD o él mismo hubieran hecho fuera del esquema de los grupos parlamentarios en esa cámara del Congreso.

Expuso que entiende los cuestionamientos que han surgido a partir de las imágenes difundidas con amplitud por los medios de comunicación el pasado 2 de septiembre, donde aparece el presidente Enrique Peña Nieto flanqueado por dos legisladores del PRD, los titulares del Senado, Barbosa, y de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles Conejo, durante el mensaje que ofreció en Palacio Nacional con motivo de su segundo Informe de gobierno.

Corresponde a la lógica política de cómo se ve a la izquierda cuando asume un cargo de esa naturaleza, pero confío en que mi desempeño en este tercer año de la legislatura revierta críticas y rumores. Si logramos un Congreso autónomo, independiente, con acciones de mayor control sobre los otros poderes; si generamos buenas leyes e incidimos en las políticas públicas, daremos razones de por qué debíamos presidir el Senado y la Cámara de Diputados.

El legislador detalló que sólo asistirá a los actos que correspondan al Estado mexicano, a las actividades de gobierno que tengan vinculación con el Poder Legislativo, y que se comportará con sobriedad.

Nunca me verán en un acto de sumisión y tampoco en ninguna conducta que rompa con el respeto entre poderes.

–¿Por qué el gobierno federal aceptó que un partido que es la tercera fuerza política encabezara al mismo tiempo las dos cámaras del Congreso, antes, además, de las elecciones intermedias de 2015?

–La decisión fue de los senadores de la República después del trabajo que desplegué. No fue un asunto fácil de resolver, pero afortunadamente prevaleció el cumplimiento de un acuerdo parlamentario de agosto de 2012 y de la palabra empeñada por los coordinadores Emilio Gamboa, del PRI, y Jorge Luis Preciado, del PAN, quién asumió lo pactado por su antecesor Ernesto Cordero.

El acuerdo, que tiene origen en el inicio de la 62 Legislatura, consistió en dar oportunidad al grupo parlamentario del PRD de presidir la mesa directiva, cargo que, por lo general, se turna entre las dos principales fuerzas políticas. Sin embargo, cuando llegó el momento, en agosto pasado, desde el gobierno y el PAN hubo resistencias a que asumiera el cargo un perredista.

–¿La dirigencia del PRD, de la que se ha distanciado, estuvo desligada de la decisión?

Luché por ser presidente del Senado y ahora quiero acreditar que lo merecía, sostiene el senador perredista Miguel Barbosa HuertaFoto Cristina Rodríguez

–Insisto y quiero explicarlo de esta manera: la decisión fue de los 128 senadores y senadoras, pero también debo pensar que pudo pedirse su opinión, por los factores políticos que rodean este tipo de decisiones, pero no estoy enterado de cuál es la opinión que pudieron haber dado los dirigentes de mi partido.

Miembro del PRD desde 1994, Barbosa ha sido diputado federal, dirigente estatal e integrante del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido. En diciembre del año pasado, vivió una situación límite por una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte. Perdió un pie, pero se recuperó pronto, le adaptaron una prótesis y ahora camina con normalidad, dispuesto a seguir con una jornada que inicia a las ocho de la mañana y concluye cerca de la medianoche.

Luché por ser presidente del Senado y ahora quiero acreditar que lo merecía. Como coordinador he vivido para mi grupo parlamentario y ahora quiero vivir también para el Senado.

Apenas ocho días después de que asumió el cargo presentó, junto con los demás integrantes de la mesa directiva, un ambicioso programa de trabajo que se centra en establecer la austeridad y la transparencia en el Senado con el propósito de acabar con la percepción de la ciudadanía de que todo son dispendios en el Legislativo.

La tarea no parece fácil en un contexto de escándalos de algunas bancadas, en el que han salido a relucir hasta acusaciones de intento de soborno a legisladores del PAN.

Barbosa, sin embargo, insistió en promover un Senado transparente y austero, que provoque una eficacia y eficiencia legislativa destacada, que tenga como propósito acabar rezagos y que permita a la ciudadanía tener la certeza de que lo que se hace en esa cámara sirve.

Reveló que trabaja, junto con los coordinadores parlamentarios y el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, en un proyecto para regular los viajes, con la finalidad de reducir costos, y que el Senado participe en actividades internacionales donde tenga representación y los legisladores que salgan al exterior lleven una agenda, una propuesta y rindan cuentas. Si bien el tema de los gastos suntuarios es criticable, también lo es que no se sepa a qué se viaja.

Asimismo, relanzará el tema de la transparencia, con una página en Internet que pueda ser consultada por todos los ciudadanos y sea fuente de información en cualquier momento, en la que se pueda conocer lo que perciben los senadores y las subvenciones de los grupos parlamentarios.

Además se realizarán cinco actos a partir de este mes y hasta marzo de 2015 en los que se busca consolidar al Senado como uno de los pilares del Estado mexicano.

Barbosa se propone lograr una agenda común entre las dos cámaras para el primer periodo de sesiones del tercer año de la 62 Legislatura, con la pretensión de aprobar temas relevantes que están pendientes, como el modelo anticorrupción y las reformas del campo y de la seguridad social.

El perredista advirtió que el año legislativo es corto y se requiere actuar de prisa. Este primer periodo está afectado por las fiestas patrias, las de fin de año, e incluye una etapa muy convulsa por la aprobación del paquete económico.

El segundo periodo se realizará en plena campaña electoral; de ahí que, si no hay una adecuada planeación, la oportunidad de avanzar puede frustrarse.