Lunes 8 de septiembre de 2014, p. 34
Nuevo Laredo, Tamps., 7 de septiembre.
Obispos católicos del norte de México y del sur de Estados Unidos encabezaron este domingo una marcha por la paz en Nuevo Laredo y una misa a orillas del río Bravo, para conmemorar el Día del Migrante.
Nuevo Laredo es sede de la segunda reunión anual de obispos Tex-Mex, que reúne a jerarcas católicos de San Antonio, Brownsville y Amarillo, Texas, mientras de México vienen de Casas Grandes, Chihuahua; Piedras Negras, Coahuila; Matamoros, Tamaulipas, y Monterrey, Nuevo León.
La caminata se inició en la plaza Juárez –a una cuadra del puente internacional uno– y culminó a orillas del río Bravo, en la parte baja del puente internacional 2, donde el arzobispo de San Antonio, Gustavo García, ofició una misa en recuerdo de los migrantes que han muertos al tratar de cruzar a Estados Unidos.
En su homilía, García recordó que los migrantes huyen de la violencia, la pobreza o el maltrato en sus países, y en ocasiones encuentran la muerte o la cárcel.
El clérigo texano exigió a las autoridades de los países implicados en el problema, principalmente Estados Unidos, que protejan los derechos humanos de los migrantes, sobre todo de las mujeres y los menores de edad.
Durante la presentación de las ofrendas colocaron en el altar unos tenis, una maleta, una fotografía familiar, una bandera y un bote con agua. A la misa acudieron algunos migrantes centroamericanos que aguardaban a orillas del río esperando la oportunidad para cruzar.
Al final, los obispos se trasladaron a la casa del migrante Nazaret, donde cenaron con los indocumentados. Para concluir la reunión de obispos se realizó en la catedral del Espíritu Santo una misa de clausura presidida por el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera.