Celebran el centenario del gran poeta galés con un teledrama sobre su muerte
La incertidumbre sobre la causa del deceso ha inspirado varios libros: uno sostiene que fue asesinado por su médico y otro que padecía una diabetes no diagnosticada
Su relación amorosa con Caitlin empezó en forma idílica y terminó en un pantano, señala el guionista Andrew Davies
Sábado 23 de agosto de 2014, p. 3
Londres.
Podría parecer un poco extraño, como ya ha comentado un experto en Dylan Thomas, celebrar el centenario del nacimiento del más grande poeta de Gales con un teledrama sobre su muerte. Pero, como señala Andrew Davies, guionista de Un poeta en Nueva York, del canal BBC2: La muerte es siempre una conveniencia. Como dramaturgo siempre he sentido que es una pena que se haya abolido la pena de muerte (en Gran Bretaña), porque siempre era un buen punto para empezar un relato en retrospectiva
.
Thomas falleció en la ciudad de Nueva York a los 39 años de edad, 10 días antes de una lucrativa gira de conferencias por Estados Unidos: la incertidumbre sobre la causa de su muerte ha inspirado varios libros, entre ellos uno que afirma que fue asesinado por su médico, al estilo Michael Jackson, y otro, que padecía una diabetes que no se diagnosticó.
Davies, sin embargo, se cuidó de enredarse en una intriga policiaca. No quise hacer una visión patológica de mi poeta favorito
, señala el muy galardonado dramaturgo, criado en Cardiff, cuya vocación de escritor surgió tras ganar un premio leyendo el poema dramático Under Milk Wood (Bajo el bosque lácteo) en un recital escolar. Quise celebrar su vida y su poesía, y las últimas semanas de su vida eran un buen punto de arranque hacia su infancia, en particular su relación amorosa con Caitlin, que comenzó en forma tan idílica y terminó en un terrible pantano.
Es mucho para acomodarlo en una escasa hora de drama de relativamente bajo presupuesto, que recrea Nueva York en 1953 con un ingenioso diseño de producción y el uso juicioso de la proyección al pasado. Quienes deseen un retrato más completo de la relación de Thomas con su esposa Caitlin podrían referirse al filme de 2008 The edge of Love, de John Maybury, con Matthew Rhys y Sienna Miller como la pareja en su juventud. En Un poeta en Nueva York tenemos una versión más triste del hombre, hinchado y gravemente enfermo después de décadas de excesos, lo que obligó a Tom Hollander a atiborrarse de dulces y chocolates. Comer todo lo que uno quiera no es tan divertido como parece
, comenta el actor. “Luego de 48 horas uno está lleno, luego se siente enfermo y tiene escalofrío, y va al baño a las horas más extrañas. Tuve que subir de peso con rapidez y luego bajar más rápido aún, porque estábamos por empezar la tercera serie de la comedia Rev, y pensé: ‘no debo volverme diabético’.”
Hollander se preocupaba menos por tener el aspecto apropiado que por hablar como Thomas. Primero sentí un gran alivio al descubrir que no tenía un pronunciado acento galés
, revela el actor y saca su iPhone, en el que ha almacenado grabaciones de Thomas leyendo sus poemas. Sonaba más como Richard Burton. Tiene algo del cantadito galés, pero es una voz inglesa... Era una época en que los galeses con aspiraciones perdían lo galés y se volvían anglo-galeses.
Practicando mientras conducía su auto, Hollander tuvo de todos modos que asimilar la forma de hablar de Thomas. Ahora parece tan afectada que es de no creerse
, señala. Tuve que hacerla lo bastante fiel a su voz en la década de 1940 sin que pareciera risible al oído moderno.
Estrella de rock
Cuando se acercaba a los 40 años de edad, el poeta perennemente quebrado se convirtió rápidamente en superestrella del otro lado del Atlántico. No me había dado cuenta del extraordinario éxito de Dylan Thomas en Estados Unidos
, confiesa Griff Rhys Jones, cuya compañía productora, Modern Television, originalmente planeaba relatar la historia en un documental. “Lo que no entendía es que en realidad escribió Under Milk Wood para ser representada allá, y su primera presentación fue en Estados Unidos. Fue la mayor exportación británica a Estados Unidos desde Dickens.”
En muchos sentidos fue una estrella del rock en los cincuentas
, coincide Aisling Walsh, el director que tuvo la nada envidiable tarea de filmar el drama en apenas 18 días, incluso recreando el exterior del hotel Chelsea en el estudio de la BBC en Cardiff. Fue parte de la primera generación que llegó a Greenwich Village... fue en 1953, antes de Bob Dylan... antes de todo eso. Uno se pregunta a menudo qué habría pasado si hubiera sobrevivido. ¿Habría ido a Los Ángeles y trabajado con Stravinsky? ¿Habría hecho guiones de película?
En realidad, Dylan cayó en coma y murió cuatro días después, oficialmente de pulmonía, aunque verter whisky en un hígado de por sí agrandado probablemente precipitó el final. Alguien así de famoso ahora estaría en el hospital de salud mental Priory
, señala Hollander. “Sería llevado en brazos directo a la sala VIP para secarle el alcohol. Cuando Philip Seymour murió, la gente decía: ‘Es asombroso que lo hayan abandonado tanto y muriera como si no fuera tan famoso’.
“Me conmovió mucho interpretar a alguien que no podía concebir un futuro para sí mismo. Para mí, lo mejor de su obra es lo que escribe de la juventud, de sus años mozos… y de algún modo no se puede imaginar como alguien mayor, así que es como un anhelo de muerte. Dylan Thomas sabe cómo ser un chico vociferante, pero no cómo ser un poeta eminente… no es capaz de desempeñar el papel que le corresponde. Eso me pareció irresistible.”
El cadáver de Thomas fue enviado a Gales y sepultado en el atrio de la iglesia de Laugharne, población del condado galés de Carmarthenshire, el que supuestamente fue el modelo para la comunidad ficticia de Llareggub en Under Milk Wood, y donde el poeta vivió con Caitlin. Los flashbacks en Un poeta en Nueva York se filmaron en Laugharne. La nieta de Dylan (Hannah Ellis, de 35 años) llegó el último día y se conmovió mucho
, dice Hollander. “Tenía el cabello rizado, cosa que nos emocionó mucho por alguna razón.
“Los parroquianos del pub local insistían en que el poeta no era un gran bebedor y uno de ellos estaba tan borracho que creyó que yo era Dylan Thomas… que aún estábamos en los cincuentas. En realidad fue un poco como una pesadilla.”
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya