Lunes 18 de agosto de 2014, p. 4
La crisis de credibilidad que enfrentan hoy día los partidos políticos y sus militantes no se debe a escándalos como los recientes videos donde aparecen legisladores panistas o como en el que estuvo implicado el hoy ex líder del PRI-DF, Cuauhtémoc Gutiérrez, acusado de prostituir mujeres, sino tiene que ver con la falta de eficacia en el servicio de los políticos, en la corrupción en la que incurren y en que la economía y la seguridad de los mexicanos no mejoran.
Afirmó lo anterior Jorge Márquez Muñoz, especialista del tema y académico en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Agregó que este tipo de escándalos se olvidarán en unas semanas entre los ciudadanos.
‘‘No hay gran problema; lo que estos hechos podrían causar es sólo la afectación de su vida personal, pero no en la desconfianza entre la población, porque para que alguien pueda ser desprestigiado, primero debe tener prestigio, y eso los políticos mexicanos no lo tienen.’’
Para el académico, la falta de confianza en la clase política, como lo han demostrado diversas encuestas, tiene que ver con el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de los mexicanos en los últimos 30 años y las promesas incumplidas, entre otros.
Inseguridad, otro pendiente
‘‘Desde hace al menos 15 años, diversas encuestas nos indican que las dos preocupaciones de los mexicanos son desempleo e inseguridad. A la gente le puede divertir ver a panistas acompañados de bailarinas o enfadarse por lo que hizo Cuauhtémoc Gutiérrez, pero eso no les preocupa.”
Márquez Muñoz aseveró que hoy en el país hay más de 2 millones de desempleados reales y otros muchos millones están en el subempleo, en la informalidad, tienen ingresos inestables e incluso hay quienes no perciben salarios por su trabajo.
Otro punto de la desconfianza –dijo– es el optimismo con el que hablan sobre las recientes reformas, donde el gobierno de Enrique Peña Nieto ha prometido que tendrán consecuencias favorables como mejores maestros, crecimiento económico, servicios de mayor calidad o la disminución en precios de energéticos.
‘‘Pero eso nadie se lo cree. En este país nunca hemos visto que baje el precio de nada. Por un lado hay desempleo y precarización del trabajo, y por el otro los precios crecen y el salario cada vez alcanza menos.’’