Jueves 7 de agosto de 2014, p. 30
Acapulco, Gro., 6 de agosto.
Casi 11 meses después de la devastación que Manuel e Ingrid causaron en este destino turístico, las alrededor de 5 mil familias afectadas de las zonas urbana y rural del puerto insisten en que se castigue a los desarrolladores de viviendas que construyeron casas en humedales y a los servidores públicos que otorgaron los permisos.
Los afectados, habitantes de fraccionamientos de la colonia Luis Donaldo Colosio, en la Zona Diamante, dicen haber sido olvidados por las autoridades, a las que reprochan su lentitud en las obras de reconstrucción y en la prevención de riesgos por la amenaza permanente de ciclones.
Unos perdieron sus viviendas; otros, sólo enseres domésticos, pero a todos los perjudicó la crisis económica surgida a raíz de la contingencia, pues el puerto permaneció incomunicado vía terrestre varios días y hubo una baja considerable de turistas.
Riesgos sin atender
Ante la inacción de las autoridades para castigar a los desarrolladores y a los funcionarios que autorizaron las construcciones en zonas inundables, colonos de los fraccionamientos Colosio, Rinconada y Villas Paraíso, entre otros –la mayoría de escasos recursos– formaron la Coalición de Habitantes Afectados por las Contingencias Naturales del Estado de Guerrero.
Su demanda principal es que se hagan obras que eviten inundaciones en la zona, que se encuentra entre canales de agua adyacentes a la Laguna de Tres Palos, un brazo del río de La Sabana y arenas fangosas sobre las cuales fueron construidas miles de casas de interés social a principios de la década pasada.
La organización petista Guerrero en Lucha, que se ha manifestado en más de una decena de ocasiones en actos públicos y en las oficinas del gobierno estatal en el puerto, advirtió que en las colonias La Venta, Agrícola, 18 de Febrero, 18 de Enero, San Agustín, La Cima y Vista Hermosa, entre otras de la periferia, Manuel e Ingrid agudizaron la pobreza y el desempleo; además, los gobiernos estatal y federal asignaron las obras de reconstrucción a compañías foráneas.
A orillas del río Papagayo, en el área rural de Acapulco, autoridades estatales y federales iniciaron obras y repartieron ayuda a campesinos.