Podrán resolver problemas de ingeniería
Lunes 4 de agosto de 2014, p. 37
Cuando se habla de robots se suele pensar en elaborados y costosos humanoides electrónicos. Sin embargo, no todos son así. Un proyecto de investigación de la Universidad Iberoamericana (Uia) desarrolla pequeños robots, cuyo creador, Eduardo Gamaliel Hernández Martínez, pretende que actúen en una suerte de trabajo colaborativo para que cumplan funciones específicas.
Los robots móviles serán capaces de comunicarse entre ellos y realizar tareas conjuntas para las que sean programados, que podrían estar relacionadas con sistemas de vigilancia, dispersión en áreas o con el manejo de materiales en naves industriales.
El académico de ingeniería electrónica del departamento de ingenierías explicó que en esta investigación él y algunos compañeros del departamento de física y matemáticas aportan su experiencia y asesoría a los alumnos de ingeniería en mecatrónica y producción y del doctorado en ciencias de la ingeniería –los encargados de hacer el trabajo operativo–; los de licenciatura, ya sea en la integración física del hardware y la conexión de sus diferentes dispositivos de comunicación y control o el análisis matemático, y los de posgrado, en el diseño de algoritmos de control de los robots.
Para tal efecto los estudiantes deben aplicar sus conocimientos en sistemas dinámicos, protocolos y redes de comunicación alámbrica e inalámbrica, programación de microcontroladores y algoritmos de visión; aprendidos en sus materias de dinámica de procesos, ingeniería de automatización, robótica, inteligencia artificial, sistemas de comunicación, entre otras.
Así se robustece la formación teórica y práctica de los educandos, quienes en la siguiente fase del proyecto de investigación deberán ser capaces de desarrollar estrategias de coordinación para dotar de movimiento autónomo hasta cierto punto inteligente
, a los robots y usarlos para la solución de problemas de ingeniería.
Una de las capacidades que tendrá el grupo de robots autónomos, que están dotados de brazos robóticos, es cargar en forma conjunta y coordinada un objeto pesado que uno solo no pueda levantar, y trasladar el artículo de un lugar a otro como si fueran un solo cuerpo; de ahí el término de trabajo colaborativo.
Por el momento los robots móviles de la Ibero ya fueron capaces de identificar y recoger objetos dentro del laboratorio, espacio cerrado y sin obstáculos en el que se comprobó el éxito de las primeras leyes de control, que se volverán más complejas cuando se les encargue a los robots llevar una pieza, de forma individual o en equipo, de un edificio a otro dentro del campus, acción que los obligará a hacer un mapeo con sus cámaras, identificar paredes y escaleras, trazar sus propias rutas y evadir obstáculos, inanimados o personas, hasta llegar a su destino.