El cobro de cuotas escolares es parte de los gastos que cada año afrontan miles de familias: van desde 250 pesos por alumno de prescolar hasta 450 de secundaria. Padres informaron que el pago afecta su economía, pero se nos insiste que, aunque la educación pública es gratuita, con algo nos toca apoyar.

El deterioro en los planteles, tanto de infraestructura como de equipamiento, y la falta de materiales didácticos son los principales argumentos para que cada año se pida el apoyo.

Lourdes, quien acudió a un comercio para adquirir los útiles y el uniforme de su hija Julia –quien ingresará al primer grado de secundaria el 18 de agosto al iniciar el ciclo escolar 2014-2015–, destacó que la cuota que se solicita no es obligatoria, pero uno ve las condiciones de la escuela: no tienen nada, a veces ni para limpiar el patio.

Madre de otra menor que acudirá al segundo grado de primaria, y por quien deberá aportar 250 pesos, reconoció que “sí es duro. Nosotros como podemos vamos juntando para la cuota, los útiles y los uniformes, pero tenemos que hacer el esfuerzo porque son nuestros hijos, ni modo que digamos ‘ahora ya no van a estudiar’”.

Socorro, quien se trasladó desde Villa Sola de Vega, Oaxaca, para adquirir los útiles y uniformes de sus tres hijos, aseguró que a todos nos piden 350 pesos en la primaria de la comunidad. Allá hay muchas familias indígenas y no se ve cómo van a poder cubrir esos recursos.

Afirmó que no nos condicionaron la inscripción, pero uno se siente presionado a pagar lo que piden. La escuela está muy deteriorada, y como quiera, pues ahí van a clases nuestros hijos, así que como podemos, se paga la cuota.

Antonio, padre de una menor que asistirá a su segundo curso en prescolar, indicó que ahorita podemos con la cuota, los libros y el uniforme porque sólo tenemos una hija, pero tengo vecinos con tres niños en primaria y no pueden pagar por todos.

Agregó que a los padres no sólo se les pide apoyo económico al inicio del ciclo escolar: Durante el año nos solicitan cooperaciones para atender muchas carencias. Sí, tienen problemas para reparar los sanitarios, puertas, ventanas o pintar el salón.

Maestros de prescolar y primaria del Distrito Federal señalaron que en muchas escuelas se recurre a la cuota voluntaria, porque son los únicos recursos con que se cuenta para cubrir necesidades elementales.

La Secretaría de Educación Pública, recordaron, desde hace años no aporta un centavo para mantener la infraestructura, la limpieza de las instalaciones o para cubrir las necesidades mínimas de papelería.

Muchos de esos recursos, dijeron, son para cubrir gastos de reparaciones en baños, puertas o pasillos; también para productos de limpieza y material didáctico, los cuales siempre resultan insuficientes y acabamos comprando lo más indispensable con nuestros recursos.

El artículo 6 de la Ley General de Educación indica que la formación que imparte el Estado será gratuita, por lo que las donaciones o cuotas voluntarias destinadas a dicha educación en ningún caso se entenderán como contraprestaciones del servicio educativo.

Además, puntualiza que en ningún caso se podrá condicionar la inscripción, el acceso a la escuela, la aplicación de evaluaciones o exámenes, la entrega de documentación a los educandos o afectar en cualquier sentido la igualdad en el trato a los alumnos, al pago de contraprestación alguna.