De madrugada, en las horas en que se aprobó en la Cámara de Diputados el paquete de leyes que suprime el concepto estratégico de los hidrocarburos y la electricidad, PRI, PAN y PVEM exigieron al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) un acto patriótico –como definió Tomás Torres– y aceptar cambios en su contrato colectivo (CCT) de trabajo, como dispone el dictamen de reforma a la Ley de Presupuesto.

A las 2:23 horas de ayer, desde la tribuna, el tesorero del gremio petrolero, Ricardo Aldana Prieto, encaró al pleno: Uno se pregunta, yo les pregunto a ustedes, diputados, ¿están a favor de los trabajadores o en contra de ellos? Es vital saber en dónde están. Discutimos un pasivo histórico que no tiene nada que ver con el sindicato. No estamos hablando de ningún juicio, o que si el señor (Carlos) Romero (Deschamps) tiene un yate. No.

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La respuesta le llegó rápido. Con 325 a favor y 113 en contra (entre estos cuatro del PAN), el pleno confirmó a las cuatro de la mañana que el gobierno federal podrá asumir el pasivo laboral como deuda, pero sólo si el STPRM acepta renegociar el CCT, además de que sólo se paguen pensiones y jubilaciones, lo que dejaría fuera indemnizaciones, primas de antigüedad, servicios médicos, seguros y pagos post mórtem.

Entre esos 325 votos, sin embargo, también quedó registrado el de Aldana, quien no rompió la línea, pero enseguida, en entrevista, dijo que el sindicato recurriría a instancias internacionales para defender el CCT y, una vez que se aprobó el dictamen, soltó: Se están apuñalando solitos.

En su primera intervención en un debate en el pleno de la Cámara –durante la reforma laboral sólo presentó una reserva– sostuvo que Pemex tiene un patrimonio negativo; está en quiebra técnica, por lo que entrará en competencia desigual con las trasnacionales.

Refirió: Exxon tiene ventas por 420 mil millones de dólares y sus activos valen 400 mil millones de dólares. Royal (Dutch Shell) vende 467 mil millones de dólares y sus activos valen 213 mil millones de dólares. Y así muchas otras. Pemex vende 122 mil millones de dólares y le cobran 120 por ciento de impuestos. Esa es la realidad.

El bloque PRI-PAN y sus colaboradores del PVEM y Nueva Alianza, aplicó la misma receta que a sus opositores: desechó la reserva que Aldana presentó para que el gobierno asumiera la obligación del pago de las pensiones, tomando en consideración el acuerdo de que, con pleno respeto a los derechos laborales de los trabajadores, lograran con Pemex en la revisión contractual.

Con ello quedó avalado el acuerdo previo de PRI, PAN, PVEM y Panal, que condiciona que tanto Pemex como CFE acepten que los trabajadores de nuevo ingreso emigren del sistema de pensiones solidarias al de cuentas individuales.

Ante ello, el tesorero del STPRM cuestionó que se quiera cargar la responsabilidad del pasivo laboral al sindicato cuando, agregó, fueron los gobiernos del pasado, y se refirió expresamente a los de Vicente Fox y Felipe Calderón, que contribuyeron con un repunte de 20 por ciento en esas obligaciones.

No perjudican al sindicato, perjudican al país. Hoy presentan una reforma a la Ley de Presupuesto, donde quieren establecer condiciones para que los trabajadores y su sindicato negocien mediante una ley que no es laboral y que violenta el artículo 123 de la Constitución y las disposiciones de la Organización Internacional del Trabajo, así como la reforma que aprobamos aquí, que el Constituyente ratificó, que es el respeto irrestricto a las negociaciones laborales y a los trabajadores, reprochó.

Ricardo Aldana Prieto, tesorero del sindicato de petroleros, en la sesión de la Cámara de DiputadosFoto Pablo Ramos

Ahora aquella reforma a la Ley Federal del Trabajo, la primera del sexenio de Enrique Peña Nieto, se les está olvidando. Qué lamentable que estemos buscando cómo negociamos un asunto únicamente laboral. No tiene nada que ver con esta legislación, alegó.

En el intercambio de esas horas, el vicecoordinador del PRD, Miguel Alonso Raya, afirmó que el artículo transitorio incluido en el dictamen se hizo para complacer al PAN. Nosotros no promovemos la venganza contra los trabajadores de Pemex. Esta propuesta es una venganza, un capricho del PAN, dijo.

Pasivo laboral, sin solución

Desde su perspectiva, la reforma no resuelve el problema del pasivo laboral, porque la redacción señala que el gobierno podrá asumir una proporción de los pasivos, a los que además se denomina como obligaciones de pago de pensiones y jubilaciones.

Los panistas asumieron la paternidad de la propuesta, pero también que no hay obligación oficial o sindical para reducir el monto del pasivo laboral.

Damián Zepeda admitió que se propone una posibilidad, ni siquiera tenemos la certeza de que se vaya a dar. Se puede asumir, sí y sólo sí se cambia el contrato colectivo de trabajo. No es inconstitucional porque es voluntario. Inconstitucional sería obligar a los trabajadores a que hagan algo.

Además, dijo, existe la obligación de que la Auditoría Superior de la Federación investigue y presente demandas penales. Y que respondan, agregó, el sindicato y sus líderes. Hablamos de defender a los trabajadores, no a un vivales.

Ricardo Mejía Berdeja resumió que la reserva aprobada constituye “el acta del Pemexproa. Por más que traten de aderezarlo, es el tercer rescate ominoso, pero este se encamina además a la liquidación de Pemex. En los hechos, se cobija a los líderes charros y a ex directores, como Raúl Muñoz Leos, que hizo su propio Pemexgate dándole préstamos al sindicato”.

Abundancia de calificativos

A lo largo de seis días y sus madrugadas, en los discursos de los partidos de izquierda abundó el calificativo de traidores a la patria para quienes votaron en favor. Carlos de Jesús Alejandro (PRD) expuso que ayer se consumó “el funeral de Pemex, por los dueños del capital que tienen a sus prianales. A (Juan) Bueno Torio y su (Rubén) Camarillo, perdón, su camarilla”.

Antes de clausurar la sesión –la más larga de la historia, con 73 horas y 40 minutos–, el presidente de la mesa directiva, José González Morfín (PAN), pidió que los diputados que así lo deseen retiren del Diario de los Debates muchos de los calificativos que se expresaron para que, cuando con el paso de los años se revise el debate, prevalezcan los argumentos.