En Ecuador se estableció desde hace un mes en los alimentos procesados un etiquetado con colores llamativos que indica la cantidad de grasa, azúcar y sal que contienen, los consumidores van a obligar a empresas de comida rápida y a transnacionales a mejorar sus prácticas, sostuvo Ángel Jamil Ramón, viceministro de Desarrollo Rural de esa nación.

Aseveró que la población no puede consumir alimentos chatarra desproporcionalmente frente a todos los esfuerzos que hacemos los estados por mejorar la nutrición o reducir la obesidad.

Recordó que el etiquetado es un texto grande para despertar la conciencia: debemos combatir desde la norma para que las empresas colaboren con los objetivos nacionales. A fin de año todos los productos tendrán esta etiqueta. Esto es parte de la campaña Consuma sano y soberano, con la que promovemos los productos de la agroecología.

Apuntó que como estados soberanos, regulamos la inversión de trasnacionales en función de lograr los objetivos nacionales. Explicó que en su país se puso en marcha el Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017, en el cual se fijan lineamientos claros para la erradicación de la desnutrición, pobreza y hambre.

Explicó que en Ecuador, con 14 millones de habitantes, en pobreza vive 60 por ciento, y alrededor de 3.5 millones están en pobreza extrema; esto se mide con indicadores como necesidades básicas insatisfechas y la ausencia de un factor hace que las familias entren a pobreza.

Mencionó en entrevista en el contexto de la octava reunión de trabajo de la Iniciativa América Latina y Caribe Sin Hambre, que se ha mejorado el consumo. El Estado, dijo, garantiza la gratuidad de la enseñanza desde preescolar a universidad y entrega cuadernos, uniformes, un padre no tiene que gastar en esto. Precisó que en 2017 Ecuador tendría que estar con la reducción de desnutrición y hambre bajo 3 por ciento.

Detalló que se busca crear territorios del buen vivir, donde la intervención estatal genere buenas condiciones de vida con escuelas de alto nivel tecnológico y de conocimiento y la cobertura de todos los servicios. Así se garantiza que la gente se quede en el campo, no tienen necesidad de migrar a la ciudad porque tienen todas las condiciones para desarrollarse en sus parcelas.

Fernando Mockenberg, presidente de la Corporación para la Desnutrición Infantil de Chile, consideró que uno de los resultados de la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre tendrá que ser concentrar los esfuerzos en la etapa más vulnerable de los niños, los primeros mil días de vida.

En entrevista explicó que la desnutrición ocasiona daños irreversibles en la salud y que hoy el problema de la obesidad es generalizado, antes era algo individual, no se tomaba como enfermedad ni como un problema a atacar. Pero hoy esa epidemia afecta fundamentalmente a los pobres de países desarrollados y mergentes. Es tres veces más alta en los pobres y afecta a los niños, en los primeros años de vida. Son dos cosas extrañas que requieren investigación para llegar a una solución racional.