Demagogia
s imposible eludir el tema de los niños centroamericanos detenidos en albergues de la patrulla fronteriza, debido a la magnitud que ha alcanzado la crisis. Una vez más, es obligación ineludible referirse a la precaria situación de los 57 mil menores cuya vigilia sobre el rumbo que tomará su vida es cada vez más dramática. El asunto, cuya solución debiera tomar en consideración la compleja problemática de los países de donde son originarios y cuya pobreza y el crimen han desgarrado el tejido social, se ha convertido en una nueva excusa para ganar adeptos políticos a sólo unos meses de las elecciones intermedias.
El problema ha crecido como bola de nieve que amenaza con fracturar aún más las tensas relaciones entre el Legislativo y el Ejecutivo, y de éste con una sociedad cada vez más polarizada y confusa. Es perogrullada decir que muchos candidatos que se disputarán las 435 curules de la Cámara de Representantes, y la tercera parte del Senado en noviembre próximo, han usado la crisis para llevar agua a su molino.
Algunos insisten en que la crisis humana, como lo es, debe resolverse casuísticamente, otorgando asilo a aquellos menores cuyas circunstancias lo ameriten; otros, en que el problema es estrictamente legal y debe resolverse deportando a quienes violaron la ley introduciéndose en el país sin documentos. Los primeros aseguran que una reforma migratoria es la solución, los otros, en que no habrá reforma mientras el Presidente no cumpla sus obligaciones en la materia.
Pocos han entendido el problema en toda su dimensión. El asunto no tiene que ver solamente con erigir muros que dividen artificialmente a las naciones, o saltarlos para buscar una vida mejor; tiene que ver con la pobreza ancestral de algunas naciones cuyos recursos han sido explotados por corporaciones extranjeras, con la aquiescencia de gobiernos autoritarios y corruptos, con la implantación de sistemas de vida ajenos a las necesidades de la mayoría de su población, y la profunda desigualdad social y económica inherente. Tiene que ver también con quienes en el sur y el norte del continente se benefician del tráfico de drogas y personas.
Mientras no se entiendan o se quieran entender las verdaderas causas de esta problemática será inútil poner parches a una realidad que no admite remiendos. ¡Me equivoco! Sí continuará siendo útil para quienes aprovechan coyunturas como ésta para hacer demagogia, según se advierte al leer las páginas de los diarios.