Opinión
Ver día anteriorMiércoles 16 de julio de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Foro de la Cineteca

El mudo

U

na honestidad incosteable. Constantino Zegarra (Fernando Bacilio), magistrado peruano de casi 40 años, es un juez inflexible muy reacio a dejarse sobornar, y que por esa razón se ha ganado una cantidad enorme de enemigos reales o imaginarios. Incluso en el seno familiar, esposa e hija adolescente, su conducta estricta y su gesto invariablemente hosco, genera malestar y hartazgo. Solitario y taciturno, Constantino no es el tipo de personaje dispuesto a dudar un instante de lo bien fundado de todas sus certi-dumbres. No sólo las cultiva y atesora, también busca impo- nerlas a quienes le rodean. Su temperamento seco, a ratos irascible, le hace ganar muy pocas simpatías entre sus colegas y superiores, y cuando al final llega a ser destituido de su cargo, nadie parece lamentarlo demasiado ni querer siquiera consolarlo por su mala suerte.

El tono de El mudo, afilada comedia negra de los hermanos Daniel y Diego Vega Vidal (también autores de Octu- bre, 2010), es el de una ironía discreta. La maldición de la esposa de uno de los cientos de hombres que Constantino ha condenado de manera sumaria, desata el calvario de este personaje moralmente íntegro y emocionalmente parco, mismo que inicia con su despido humillante y al parecer injustificado, y culmina con un delirio paranoico que le hace ver conspiraciones y violentos adversarios a la vuelta de cada esquina. Una bala perdida le atraviesa el cuello mientras maneja su auto; poco después el magistrado se descubre mudo; y más adelante, temeroso de perder lo que le queda de salud y vida por la revancha de alguna de las más de 800 personas que tienen razones suficientes para detestarlo.

A través de este relato entre patético y jocoso, los cineastas toman como objeto de su tratamiento irónico a la corrupción judicial que impera en el hemisferio latinoamericano, y que hace de la honestidad una virtud socialmente contraproducente cuando no incosteable. Basta ver la sorna que sus superiores le reservan a la probidad y al celo profesional de Constantino para ver hasta qué punto ser honesto es, en esas instancias de justicia, vivir de lleno en el error. El mudo es una película fina y sugerente que presenta de modo elíptico sus episodios centrales, como ese disparo intencional o accidental que precipita al personaje en la desgracia. Y sin forzar jamás la nota en la caricatura o el sarcasmo, consigue un retrato justo de la honestidad mal vivida en los ámbitos de la corrupción y el cinismo triunfantes.

Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Naciona. 12 y 18:30 hs.

Twitter:@CarlosBonfil1