Brasilia, 12 de julio.

La presidenta Dilma Rousseff negó que pretenda estatizar el futbol brasileño, pero insistió en su renovación tras la dramática derrota 7-1 ante Alemania en el Mundial.

El gobierno no quiere comandar el futbol, pues éste no puede ni debe ser estatal. Queremos ayudar a modernizarlo: cuenten con nosotros para eso, escribió Rousseff este sábado en su cuenta de Twitter.

El futbol, que es actividad privada, necesita tener las mejores prácticas de gestión privada, en las áreas comercial, financiera y futbolística, agregó.

La mandataria enfatizó la urgencia de renovar el balompié brasileño y sus instituciones, el viernes en un encuentro con un grupo de corresponsales extranjeros. Entonces, indicó que para liderar esa reforma existen entidades ajenas al gobierno que ya defienden su modernización.

Rousseff puso el ejemplo del futbol alemán, que se renovó tras las derrotas en el Mundial 1998 y la Eurocopa 2000, cuando apostó fuerte por las fuerzas básicas.

La presidenta pidió oportunidades para mantener a los atletas en el país, pero también transparencia, gestión adecuada y una dirección clara de los recursos en el balompié brasileño.

“No creo que sea correcto que, en una nación con tal cantidad de talentos en el futbol, con el amor que tenemos por este deporte, cracks salgan temprano de este país, sean formados por escuelas extranjeras y no contribuyan a crear una cultura nueva”, expresó la mandataria en una entrevista difundida por el canal Globo News.

Neymar salió apesadumbrado ayer del estadio Nacional de Brasilia, adonde fue para apoyar a sus compañeros desde la bancaFoto Reuters

Según la presidenta, también es necesario dar a los entrenadores brasileños condiciones similares a las disfrutadas por sus colegas europeos, aumentar las inversiones en las categorías menores y asegurar más transparencia en los gastos de los clubes locales.

Brasil es la séptima economía del mundo, no hay razón para que no tengamos estas condiciones, sostuvo.

El principal rival de Rousseff en las presidenciales de octubre, el senador Aécio Neves, la acusó de oportunista: El futbol brasileño necesita, claro, de una profunda reformulación, pero no es hora de oportunismo, sobre todo de aquellos que están en el gobierno hace 12 años y no hicieron nada para mejorarlo.

Neves también consideró que nada puede ser peor que la intervención estatal en el futbol.

Un editorial del diario O Estado de Sao Paulo de este sábado señaló: La estructura del balompié brasileño es, se sabe, arcaica, corrupta y fallida (...) Hace una eternidad que necesita ser renovada, pero no sometiéndola a tutela estatal.