En lugar de presentar algún cambio positivo tras la llegada de Víctor Serrato, el Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas padece aún graves carencias e incluso tiene una capacidad de reacción todavía menor que antes, denunció Martha Solórzano Martínez, directora de la Asociación Esperanza.

Lejos de que se vea alguna mejoría, el mecanismo se ha atrasado más (en el tiempo de sus respuestas). Estoy desilusionada con él porque las cosas más mínimas no las puede arreglar; ya es sólo una ilusión que tenemos los defensores, indicó la activista, quien ha sido blanco de amenazas y hostigamiento por denunciar abusos de los agentes de la policía municipal de San Luis Río Colorado, Sonora.

Señala que la anterior dirección del mecanismo estaba más pendiente de las agresiones en su contra, ejercía más presión sobre el gobierno del estado y luchaba al lado de nosotros, pero ahora parece que no merecemos que al menos nos tenga informados de nuestros casos. No nos llaman, no contestan nuestros correos; no sé qué harán.

Luego de recordar que su hijo Jorge Luis Zavala fue encarcelado a finales de 2012 como una venganza contra ella –tomando de pretexto un incidente que tuvo el joven en la vía pública–, Solórzano recalcó que ha denunciado otros abusos de las fuerzas policiacas, entre ellos el de tres jóvenes que habrían sido víctimas de tortura, malos tratos y abuso sexual por parte de un grupo de agentes.

En consecuencia, dijo, han arreciado las amenazas en su contra, y aunque el mecanismo le asignó a dos policías estatales como escoltas desde noviembre de 2013, el gobierno local ha ido recortando cada vez más las facultades y recursos para estos hombres, lo cual la pone en situación de gran vulnerabilidad.