Lo que representó una diáspora de cientos de científicos mexicanos con alto nivel académico preparados en las mejores universidades de México y el mundo debido a la falta de oportunidades de desarrollo en el país, hoy puede ser una gran posibilidad para la ciencia mexicana.

Frente a ello, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) tiene varias estrategias, algunas para repatriar a científicos que están allende las fronteras y otras para generar redes de colaboración con ellos y las universidades e institutos del exterior en los que trabajan.

Al presentar ante los representantes de medios de comunicación el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti), el director general del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza, indicó que un análisis que realizan busca conocer la cifra de mexicanos con alto nivel académico en todas las áreas del conocimiento que se encuentran en Estados Unidos.

Aunque no hay datos precisos sobre la llamada fuga de cerebros, estimó que 5 por ciento de los becarios de Conacyt que cursan un posgrado en el extranjero no regresa.

Recientemente, la Academia Mexicana de Ciencias estimó que al menos 10 mil científicos mexicanos se encuentran en universidades de Estados Unidos y un número similar en instituciones de otras naciones del mundo.

Gran parte de los investigadores mexicanos que están en otros países fue porque en su momento no tuvieron las condiciones para desarrollar su trabajo científico, indicó Cabrero.

Sin embargo, dijo, actualmente esta situación más que una desventaja podría implicar oportunidades para la ciencia mexicana.

No podemos pensar que cada científico formado con recursos nacionales deben permanecer en el país, eso ha cambiado. Antes representaba un debilitamiento para la ciencia (nacional), pero si hoy se van en una cantidad razonable, puede ser potencial para el país. Y lamentó que México no haya sabido aprovechar esa red de mexicanos en el exterior.

Hoy día –sostuvo– se realizan 400 repatriaciones anuales, por lo que en 2015 se invertirán más recursos para incrementar el número.

El Conacyt cuenta con programas para evitar la fuga de cerebros, motivar la repatriación y mejorar los vínculos con los connacionales del exterior. Uno es el de cátedras para jóvenes investigadores, gracias al cual se abrieron 574 plazas para incorporar a ese personal a instituciones mexicanas, para el que en 2014 se aprobaron 500 millones de pesos y se espera que para el siguiente año el presupuesto sea de 700 millones. Fue tal la expectativa de éste que se registraron 3 mil científicos jóvenes de todas las áreas del conocimiento para ser beneficiarios del mismo, informó el funcionario.

Otro será la convocatoria que se dará a conocer en unos meses para que universidades y centros de investigación del país puedan contratar a quienes se encuentran en el extranjero para realizar estancias de tres a seis meses durante cuatro o cinco años y con ello recuperar vínculos con ellos.

También, desde hace varios años hay un programa de becas para investigadores procedentes de otros países, sobre todo de América Latina, a fin de que vengan a realizar su posgrado en México con la idea de retenerlos.

Lo importante no es retener a todos nuestros investigadores, sino hacerlo con la mayor parte, atraer científicos de otras naciones y que un grupo minoritario de mexicanos que se vayan al exterior sean parte de una red para la ciencia y la tecnología mexicana, explicó.

Al referirse al Peciti, Cabrero Mendoza indicó que se trata de la estrategia para los próximos años en el sector, el cual tiene cinco grandes objetivos: contribuir al crecimiento de la inversión nacional en CTI, formar capital humano altamente calificado, fortalecer el desarrollo regional, fomentar la vinculación con el sector productivo y fortalecer la infraestructura científica y tecnológica del país.

Aseveró que al finalizar este sexenio la inversión en el sector (que hoy es de 0.51 por ciento del PIB) alcanzará uno por ciento de ese indicador.