Semilla viajera
ntre las muchas plantas comestibles mexicanas que viajaron a Europa a partir del siglo XVI, está el amaranto; su nombre en náhuatl es huauhtli. En la clasificación occidental se conoce como Amaranthus hypocondriacus. Cristina Mapes documenta que ya había amaranto desde ese tiempo, en los herbarios de Alemania; Linneo los clasificó en el siglo XVIII a partir de los especímenes que localizó en los jardines botánicos europeos. Era una planta de ornato.
El amaranto tiene muchas cualidades, como ser resistente a la sequía. De la planta no sólo se utiliza las semillas que se consumen reventadas como las palomitas de maíz; también se utilizan las hojas durante los seis meses que dura el crecimiento de la planta. Se trata de los quelites que conocemos como quintoniles. Se comen en germen, crudos cuando están tiernos y cocidos en su madurez; se pueden mezclar con masa para hacer tortillas y tamales.
La semilla suele tostarse para comerla así o molida como harina; es ingrediente de las famosas alegrías, de tamales, de panes, pasteles, galletas, granolas, sopas y atoles.
Otra ventaja del amaranto es su riqueza nutritiva; las hojas tienen alto contenido de hierro, calcio, fósforo, potasio y vitaminas C, B1, B2 y niacina. La proteína de la semilla tiene un buen balance de los aminoácidos esenciales, incluida la lisina; por ello se considera que debe tener un lugar importante en la dieta. No contiene gluten.
Nuestros antepasados lo cultivaron ampliamente y como bien ha observado Ana María Velasco, lo clasificaron por su color o por la apariencia de la semilla; el que la tiene blanca como huevos de pescado se llama michihuauhtli; al negro lo relacionaron con la obsidiana (tezcalli): tezcalhuauhtli.
Actualmente el amaranto se siembra en China e India; también en Estados Unidos y en África, en especial en Tanzania. Kenia y Zimbawe, países en los que las hojas de la planta se han integrado ampliamente al dieta.
Es interesante el caso de India, donde las semillas de amaranto (rejgira) se preparan como en México, mezclándolas ya reventadas con miel de piloncillo, mantequilla clarificada (ghee) y semillas como pepita de calabaza, nuez de la India y almendra. También puede llevar pasas y/o dátiles. Si el lector tiene interés en ver el procedimiento, hay en la red un video ilustrativo. Después de mezclar los ingredientes se forman bolas con las manos; quedan muy similares a las que se preparan en la zona de Pátzcuaro, Michoacán. Hace tiempo que este dulce llamado ladoo, se consumía en ciertas festividades religiosas en el norte de aquel país.