El beneficio de las remesas hizo que el primero hicera caso omiso
Domingo 6 de julio de 2014, p. 7
La crisis de los niños migrantes no acompañados estaba gestándose desde hace varios años antes de alcanzar su nivel actual, pero ni las autoridades mexicanas ni las estadunidenses hicieron nada para evitarla, porque ambos países se benefician de la mano de obra y las remesas que produce este sector, señalaron académicos y activistas especializados en el tema.
Rodolfo García Zamora, investigador del doctorado en desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, indicó que en los pasados 30 años la migración de México hacia Estados Unidos creció de forma proporcional a las sucesivas crisis económicas, y también debido a la incapacidad del gobierno local de generar oportunidades de desarrollo para sus habitantes.
Esto generó un cambio en el patrón migratorio: antes se iba el padre de familia y se quedaban la esposa y los hijos, pero desde la crisis de 1982 y la legalización de miles de indocumentados por la ley Simpson-Rodino de 1986, empezaron a irse familias completas
, explicó.
Para el gobierno de México este éxodo de personas resultó beneficioso, porque se desentendió de su obligación de brindarles condiciones dignas de vida y, al mismo tiempo, recibió unos 26 mil millones de dólares cada año por concepto de remesas, la segunda fuente de divisas tan sólo por debajo del petróleo, recordó el especialista.
Todo esto era conocido por Estados Unidos y México, pero ninguno de los dos hizo nada. Sabían que el fenómeno estaba creciendo, que era acumulativo, pero no asumieron su responsabilidad hasta que en junio de este año la llegada de unos 52 mil niños migrantes no acompañados colapsó el sistema de internamiento de los estados fronterizos
, aseguró.
La pregunta ahora es, dijo, si realmente se tomará con seriedad esta crisis, más allá de las respuestas demagógicas de Estados Unidos, que convocaron a una reunión en Nicaragua para decir de forma hipócrita a los países centroamericanos que esto está pasando porque ellos no generan desarrollo
.
Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo, estimó que en la crisis de los niños migrantes no se ha analizado a profundidad la situación de violencia y precariedad en Centroamérica en general, y de Honduras en particular, como origen del conflicto.
Tenemos una región hecha un caos, que expulsa a sus mujeres, niños y hombres. Cuando son entrevistados, dicen que se van de su país por problemas económicos, pero al hacer entrevistas ligeramente más profundas, nos damos cuenta de que se van por la violencia, para huir de las extorsiones, los asesinatos y los cobros de piso
, subrayó.