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Muestra que enfatiza la singularidad del artista estadunidense, en el Museo Jumex

El alto grado de originalidad en la obra de Twombly fue un problema en su época
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de julio de 2014, p. a14

El alto grado de originalidad en la pintura, obra sobre papel y escultura del estadunidense Cy Twombly (1928-2011) se convirtió en un problema, ya que por muchos años recibió menos atención que sus coetáneos Robert Rauschenberg, Jasper Johns y demás pares generacionales.

Además, como habló poco de su trabajo, para referirse al contenido de las fuentes emocionales hay que mirarlo, expresa Philip Larrat-Smith, cocurador con Julie Sylvester –vicepresidenta de la Fundación Cy Twombly–, de la primera retrospectiva en América Latina del artista formado durante el apogeo del expresionismo abstracto. En 1994, gracias a la retrospectiva que preparó el Museo de Arte Moderno, en Nueva York, comenzó a recibir un reconocimiento apropiado a la escala de su arte.

Cy Twombly: Paradise, que consta de 20 pinturas mayores, 43 obras sobre papel y seis esculturas, abrió ayer al público en el Museo Jumex. La muestra enfatiza la idea de su singularidad como artista, al igual que Louise Bourgeoise, Francis Bacon, Antonin Artaud y Joseph Beuys.

En el caso de Twombly, continúa Larrat-Smith, tenemos la sensación de que habla de estados emocionales, sicológicos, que son más o menos específicos, pero no tenemos el contenido por la abstracción. Es un poco como un jugueteo. A veces dibuja tetones o formas fálicas que parecen hablar de la sexualidad, pero no tenemos el contenido exactamente.

Luego, está su empleo de títulos que se refieren a mitos griegos y romanos de la literatura clásica. Twombly fue gran amante de la antigüedad y su escultura, pero habla de ella de manera indirecta, por medio de muchos disfraces, digamos.

Para el curador, Twombly es una de las figuras claves de la posguerra en términos de la pintura estadunidense. Fue pionero de la introducción de palabras y de la literatura, en el contenido del arte abstracto. Compañero de banca de Rauschenburg y Johns en el Black Mountain College, sin embargo, su arte no tiene tanto en común con el de ellos. Con el tiempo, Rauschenburg y Johns movieron en la dirección de la iconografía pop, a la vez que en los años 60 del siglo pasado la abstracción desapareció de la pintura.

Mezcla rara y original

En la opinión de Larrat-Smith, es casi el heredero más relevante del expresionismo abstracto, aunque al mismo tiempo siempre introdujo la referencia en su arte: los mitos, la historia, la idea de la violencia, la pasión, una mezcla bastante rara, específica y original.

La exposición ocupa dos pisos del Museo Jumex. Mientras en el primero, de obra más temprana, en clara búsqueda de una expresión propia, reina un ambiente más sereno, en el último piso del edificio Twombly arriba a la plena expresión de su sensibilidad. Es decir, se sube al paraíso, lleno de colorido y exuberancia, en el que se convirtió su obra tardía.

A la pregunta, ¿por qué cambió su obra?, Larrat-Smith contesta: “Uno de los subtemas de la exposición es la idea del tránsito del tiempo. Twombly, que ya rondaba los 50 años, empieza a reflexionar sobre su vida. El acrílico La rosa, el cuadro más grande de la muestra, realizado tres años antes de su muerte, retoma este símbolo del tránsito del tiempo, la pérdida de la juventud y la idea de que todo acaba al final, el amor, el sexo, todas las cosas que más le habían importado.

Ya no estaban disponibles y no existía la posibilidad de recapturar la pasión del pasado. Para mí, Twombly intenta evocar en el presente, con medios muy sensuales, la memoria de sus emociones del pasado, una idea muy romántica. De hecho, esta exposición ofrece una mirada bastante romántica sobre su arte.

El Museo Jumex se ubica en bulevar Miguel de Cervantes Saavedra 3030, colonia Ampliación Granada.